Ya sea en barra o en hogaza, el Pan Sobado de La Rioja se caracteriza por su miga compacta y blanca y una corteza fina y crujiente de color dorado. Esta nueva marca de calidad quiere acercar a los consumidores un producto tradicional que se elabora a partir de determinados ingredientes naturales siguiendo un proceso muy arraigado en La Rioja.

Para la elaboración del Pan Sobado sólo se pueden emplear harinas fuertes de trigos panificables con masas madres naturales, agua, levadura de panificación y sal comestible. Además es condición indispensable que al menos el treinta por ciento de la harina que se utilice proceda de trigos recolectados en La Rioja.

Las barras de Pan Sobado riojano son piezas cocidas de hasta 430 gramos de peso, de forma alargada y con una longitud de 40 centímetros máximo. Presentan un ligero marcado producido por los cortes efectuados en la base, y también se pueden comercializar en formato con rombos en su base (picos). Si hablamos de hogazas, serán piezas cocidas de hasta 500 gramos de peso y se distinguen por su forma redondeada en su parte inferior, mientras que la parte superior es lisa y hexagonal. Tienen un diámetro mínimo de 15 centímetros y un máximo de 20 centímetros.

El amasado se realiza en varias etapas siguiendo técnicas tradicionales en La Rioja como:

  • El refinado de la masa a través de cilindros mecánicos que permite obtener una masa fina y elástica.
  • La temperatura final será de unos 21ºC.
  • Inmediatamente, sin reposar, se divide la masa y se forman las piezas. Cuanto más rápido más finura.
  • A continuación se deja que fermente en cajones o cámaras a temperatura ambiente, en torno a los 26ºC.
  • En la última fase se realiza el cortado de las piezas y el horneado a unos 210ºC, con poco vapor.

La marca colectiva Pan Sobado de La Rioja ampara los panes tradicionales típicos de La Rioja de mayor consumo en la región y garantiza el origen geográfico de este alimento y su calidad diferenciada, motivada por sus inmejorables condiciones organolépticas debidas al proceso productivo. Además está sometido a controles internos y externos que garantizan su autenticidad y trazabilidad, se comercializa con etiquetas numeradas bajo el distintivo de la marca de calidad y también se puede comercializar en bolsas de papel en las que debe constar también el distintivo.