La mosca del olivo causa una serie de daños en el olivar, entre ellos descensos en las producciones de los olivos por la caída de las aceitunas dañadas, así como una pérdida de calidad en los aceites, ya que dentro de los frutos atacados se desarrollan microorganismos que hacen que el aceite de oliva obtenido posteriormente tenga atributos negativos.

Unos daños que, en el caso del olivar de Navarra, en los últimos años han sufrido un incremento muy notable respecto a los que se padecían hace dos décadas. A su vez, los fitosanitarios autorizados y/o efectivos contra esta plaga son cada vez menos, por lo que se ha hecho necesario buscar otras soluciones alternativas para el control de este dañino insecto.

En esta línea, este mes de junio se ha puesto en marcha el proyecto PDR (Programa de Desarrollo Rural) Demostración del control de poblaciones de Barctocera oleae mediante trampeo masivo con apoyo de tratamientos fitosanitarios para la reducción de daños en aceituna en el ámbito de influencia del Trujal Mendía de Arróniz, una iniciativa en la que participan el Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias, INTIA —como entidad coordinadora—, y la cooperativa Trujal de Arróniz, actualmente compuesta por más de 4.000 socios que cultivan 900.000 olivos en 2.800 hectáreas y producen 1.500 toneladas de aceite de oliva virgen al año, la mitad del aceite que se elabora en Navarra.

El proyecto, que se desarrollará hasta el 31 de diciembre de 2021, tiene como objetivo principal demostrar la viabilidad de la combinación de los tratamientos fitosanitarios clásicos con un método de control de captura y muerte de las moscas del olivo mediante un atrayente alimenticio en estado sólido.

Control de la mosca del olivo

La principal innovación del proyecto consiste en la utilización de trampas de fosfato diamónico sólido frente a otros tipos de trampas líquidas que requieren mayor trabajo de mantenimiento por parte del agricultor. El método consiste en colgar de las ramas del olivo un determinado número de trampas de color amarillo —un color que atrae a las moscas— que contienen un atrayente alimenticio, el fosfato diamónico, de manera que, una vez que entran las moscas dentro de la trampa, ya no pueden salir y mueren. Además, este método conseguirá disminuir el número de tratamientos fitosanitarios en el cultivo del olivo, con el consiguiente beneficio medioambiental.

Las acciones contempladas en el proyecto se realizarán en dos zonas de producción de oliva pertenecientes al Trujal Cooperativo Mendía situado en Arróniz: la principal variedad con la que se quiere trabajar es Arróniz —por su mayor sensibilidad al ataque de la mosca—, aunque también se trabajará en parcelas de la variedad Arbequina de la zona.

Resumen
Proyecto piloto para el control de la mosca del olivo
Título
Proyecto piloto para el control de la mosca del olivo
Descripción
La mosca del olivo causa descensos en las producciones de los olivos, por la caída de las aceitunas dañadas, así como una pérdida de calidad en los aceites, ya que dentro de los frutos atacados se desarrollan microorganismos que hacen que el aceite de oliva obtenido posteriormente tenga atributos negativos.
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