Cervezas trapistas, de abadía, lámbicas, rojizas, afrutadas… Las fórmulas de elaboración de las múltiples variedades de cerveza belga forman parte de la tradición de este país, transmitidas de generación en generación. Los Belgian Family Brewers llevan fabricando cerveza ininterrumpidamente desde hace cientos de años.
Una larga tradición que ha llevado a que hoy en día cada marca de cerveza belga tenga su propio vaso con una forma y un diseño específicos —probablemente la mayor colección de vasos de marcas nacionales del mundo— o a incluir la cerveza como ingrediente de sus recetas con nuevas iniciativas como las ‘Bapas’, inspiradas en las tapas españolas, maridadas con cerveza.
Pero ¿cómo se ha llegado a este gran momento de la cerveza belga, con su gran variedad de procesos de fabricación, ingredientes, perfiles y sabores?
La historia
- La cerveza se abrió camino desde Mesopotamia hasta la Galia a través del Imperio Romano. Inicialmente esta bebida era elaborada por las mujeres en los hogares.
- En la Edad Media las abadías se convirtieron en centros de fabricación de cerveza: los monjes podían beberla porque el agua era insalubre. Con los monasterios como fuente de conocimiento, comienza el verdadero proceso artesano.
- Los cerveceros, excepto las abadías, debían pagar impuestos por el ‘gruut’ o hierbas aromáticas utilizadas para la cerveza.
- En el siglo XI la abadía de Affligem juega un papel importante en la introducción del lúpulo en la fabricación cervecera de Flandes.
- En el XIV, el emperador Carlos IV impuso que los cerveceros utilizaran solamente lúpulo en la fabricación de cerveza en la parte perteneciente al Sacro Imperio Romano (al este del Escalda). La región situada al oeste siguió utilizando ‘gruut’. Surge así la diversificación de la cultura cervecera en Flandes.
- En los siglos XVI y XVII aparecen las cervezas regionales, que empiezan a ser exportadas a otras regiones: Gerstenbier de Amberes, Leuvense witte de Lovaina, Cavas de Lier…
- A finales del XVIII se acaban los privilegios para las abadías, muchas de ellas fueron además destruidas durante la Revolución Francesa.
- Las dos guerras mundiales y la crisis de los años 30 supusieron un duro golpe para las fábricas de cerveza belgas: de las 3.200 fábricas que había antes de la I Guerra Mundial quedaron 775 en 1946.
- En 1977, el gurú cervecero británico Michael Jackson pone en relieve la importancia y calidad de la cerveza belga.
- Desde 1985 empiezan a surgir fábricas de cerveza a mediana y gran escala, así como microcervecerías locales. En los últimos años el interés por las cervezas especiales ha ido en aumento, así como la fabricación de cerveza casera.
