El pasado mes de junio, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) publicó un informe en el que predecía que la producción mundial de aceite de oliva disminuirá nuevamente, por tercer año consecutivo, en la próxima cosecha 2020- 2021, estimando que la producción mundial caerá a 3,03 millones de toneladas, por debajo de los 3,12 millones producidos en la última cosecha 2019-2020.
El informe del USDA estimaba que la gran mayoría de la disminución de la producción tendrá lugar en la Unión Europea, con la excepción de España. Del otro lado del Mediterráneo, también se espera que dos de los mayores productores de la región, Túnez y Turquía, tengan cosechas más bajas que en 2019.
En este sentido, y confirmándose que, según se acerca la cosecha de aceituna, todas las previsiones indican un nuevo descenso de la producción mundial de aceite de oliva, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha explicado que, aunque habrá que esperar hasta octubre, estamos ante una nueva reducción de la cosecha mundial, que podría situarse por debajo de los 3 millones de toneladas y supondría la tercera campaña consecutiva con reducción de cosecha. Mientras que en España se aumentará de cosecha con respecto a la campaña pasada, tanto en el resto de países europeos —especialmente en Italia y Grecia, los siguientes países europeos en volumen de producción después de España— como en los países del arco Mediterráneo se estiman importantes reducciones de la cosecha.
“En nuestro país, tras un otoño e invierno muy secos, las lluvias de la primavera dieron un respiro al sector productor. Sin embargo, el desarrollo del verano está siendo muy negativo, con olas de calor que están reduciendo día a día las estimaciones de producción de aceituna. Habrá que ver cómo termina el verano y comienza el otoño para saber exactamente cómo será la campaña”, explica Cristóbal Cano, responsable nacional de Olivar de UPA, añadiendo que “en la organización creen que es posible asegurar que, incluso si las condiciones climatológicas venideras fueran excepcionales buenas, nos encontramos frente a una campaña que difícilmente superará los 1,5 millones de toneladas”.
Otro escenario posible es el de la prolongación de las altas temperaturas a lo largo del mes de agosto y de septiembre combinado con un inicio del otoño seco. “En este caso, los árboles comenzarán a notar un gran estrés, y la cosecha total se podría reducir hasta 1,4 millones de toneladas”, estima Cristóbal Cano.
El mercado del aceite en España
En cuanto a la situación en el resto de países productores, la organización agraria y ganadera ha analizado los datos proporcionados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) del que ha podido extraer que los países del Mediterráneo, principalmente Túnez, reducirán extremadamente sus exportaciones la próxima campaña. Por tanto, explican desde UPA, “el aceite de oliva español será, de nuevo, el que copará los mercados internacionales, con previsibles reducciones de stocks gracias a unas estimaciones de aumento del consumo mundial. Solo falta saber si esta situación de dominio de nuestros aceites tendrá lugar con un reparto justo del valor del producto a lo largo de la cadena, o si de nuevo, el sector productor sufre precios de ruina”.
Sobre la campaña comercial 2019/2020, a la que todavía faltan dos meses para terminar, Cristóbal Cano comenta que “la comercialización total será de nuevo record, por encima de 1,6 millones de toneladas, dejando que el stock final ‘difícilmente’ llegue a las 400.000 toneladas. Los precios en origen hundidos y la apuesta de las grandes envasadoras españolas por el aceite de terceros países, serán las características negativas del balance final de la campaña oleícola”.
