El Cabrales es un queso, además de excepcional, muy singular. Su intensidad, sus vetas verdeazuladas y sus notas picantes solo se pueden desarrollar en las cuevas de las montañas asturianas, en plenos Picos de Europa, con un grado de temperatura y humedad características que dan lugar a uno de los quesos más especiales en el mundo.
La corteza debe ser blanda, delgada, untuosa, de color gris con zonas amarillo-rojizas. No debe presentar grietas ni marcas extrañas. La pasta tiene que tener consistencia untuosa, compacta y sin ojos, de color blanco marfil, homogéneo en toda la masa, al igual que el penicillium.
La firmeza de la pasta depende del tiempo de maduración, pero la característica óptima es de semiblanda a blanda, untuosa, que indica que el queso ha madurado en cueva el tiempo necesario. La textura debe de ser homogénea en toda la masa y con una granulosidad muy fina, casi imperceptible. La adherencia del queso debe de estar en niveles medio-bajo.
Un queso único cuya zona de elaboración comprende el Concejo de Cabrales y algunos pueblos del Concejo de Peñamellera Alta, ambos en Asturias y que en la cocina da lugar a platos tan sabrosos como esta Boroña cremosa de queso de Cabrales, una receta ofrecida por la Denominación de Origen Protegida (DOP) Cabrales.
Boroña cremosa de queso de Cabrales
INGREDIENTES
- 300 g de queso Cabrales
- 500 g de harina de maíz
- 12 g de levadura
- 9 huevos
- Sal
ELABORACIÓN
Empezamos tamizando bien el harina de maíz. La colocamos en un bol o recipiente adecuado, añadimos la sal y la levadura, mezclamos y amasamos bien con agua tibia hasta que consigamos una masa con una textura suave y homogénea.
A continuación, a la mezcla anterior le añadimos los huevos enteros y el queso Cabrales desmenuzado, y volvemos a mezclar y amasar bien todo.
Cuando esté, colocar la mezcla en un molde engrasado y apto para el horno, y horneamos a 200 °C durante ocho minutos.
Finalmente, desmoldamos la boroña, y a la hora de servir podemos hacerlo acompañándola de un toque de salsa al Cabrales.




