Y es que hasta el noventa por ciento de las ventas de la carne de caza silvestre se produce tradicionalmente en los restaurantes principalmente pero también en otros establecimientos de hostelería, lo que ha provocado que, tras el cierre del canal Horeca, desaparezca su principal punto de consumo, una situación que ha supuesto que el […]
Y es que hasta el noventa por ciento de las ventas de la carne de caza silvestre se produce tradicionalmente en los restaurantes principalmente pero también en otros establecimientos de hostelería, lo que ha provocado que, tras el cierre del canal Horeca, desaparezca su principal punto de consumo, una situación que ha supuesto que el sector encuentre grandes dificultades para comercializar un producto que ahora solo tiene a los hogares como destino de ventas.
En la actualidad la compra online es la única vía para poder disfrutar de este tipo de carnes tras su desaparición de los puntos de ventas habituales. Por ello, desde la Asociación Interprofesional del sector, ASICCAZA, hacen un llamamiento animando al consumo en el ámbito doméstico de un producto que, además de sus conocidas cualidades culinarias, contribuye al mantenimiento del medioambiente, colaborando en la conservación de los ecosistemas e impactando positivamente en la supervivencia de muchas especies. Además, genera un equilibrio poblacional de las variedades cinegéticas que fomenta su conservación, evitando la superpoblación. Gracias a estos beneficios medioambientales, unidos también a los nutricionales y sociales, la Unión Europea recomienda y promueve el consumo de estas carnes.
La carne de caza en la cocina
Pese a que se asocian a la alta gastronomía, las carnes de caza silvestres también se pueden consumir —como realmente se ha hecho a lo largo de toda la historia popularmente— con elaboraciones sencillas que podemos cocinar en nuestro día a día.
Su calidad organoléptica se debe a que los animales de los que proceden estas carnes se han criado desde su nacimiento en su hábitat natural y se han alimentado de recursos naturales sin la intervención del ser humano, y su reducido porcentaje de grasa y sus proteínas de alto valor biológico hacen que se trate de un producto altamente recomendable para disfrutar de una dieta saludable. Además, los altos controles de calidad y de seguridad alimentaria a los que están sometidos garantizan su sabor y propiedades nutricionales.
