Del total del desperdicio alimentario, un 42% se realiza en los hogares según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. En el 86% de los hogares se tira comida sobrante. El 64% son productos deteriorados que hemos comprado y no hemos conservado bien o hemos dejado que se estropeen.
Teniendo en cuenta que la Navidad es la época del año en la que más se hace acopio de alimentos, es fundamental ser eficiente desde el primer momento, para no tener que desechar nada. Y, para ello, la Asociación de Empresas de Gran Consumo, AECOC, ha querido ofrecer una serie de consejos esenciales para prevenir el desperdicio de alimentos en estas fechas:
No al desperdicio
Preparar los menús navideños con antelación. La planificación es fundamental, tanto si se va a hacer algún plato nuevo como si recurre a recetas que ya se han probado anteriormente. Por eso conviene detallar y enumerar los platos y los ingredientes, y revisar qué se tiene en la nevera y despensa antes de ir a hacer la compra.
Evitar comprar a última hora y con prisas. Disponiendo de más tiempo se puede escoger mejor las calidades de los productos y su precio. Antes de decidir el menú conviene tener en cuenta los gustos de los comensales, así sabremos si alguno de los platos no va a tener el éxito esperado por lo que podremos sustituirlo por otro.
Adelantarse y comprar antes de las fechas clave. Se pueden comprar con mayor antelación los productos no perecederos de fácil almacenaje fijándonos siempre en la fecha de caducidad. A la hora de almacenar, colocar más a la vista los productos que vayan a caducar próximamente, tanto en la nevera como en la despensa, para consumirlos antes.
Colocar adecuadamente en la despensa y nevera los productos de la compra navideña. Almacenar frutas y verduras siempre en la parte de la nevera especialmente destinada a ellas, y revisar periódicamente que ninguna fruta esté dañada porque puede estropear las demás. Guardar los productos frescos y fiambres en recipientes herméticos para favorecer una mejor conservación. Si compramos con antelación carnes, pescados o mariscos para congelar, hay que recordar que debemos hacerlo inmediatamente y apuntar la fecha de congelación en el envase.
Calcular las raciones y el número de comensales. Debemos tratar de cocinar exactamente las raciones que se van a consumir, sirviéndonos de recetas que ayuden a calcular la comida para el número previsto de comensales y teniendo en cuenta que las raciones de niños y mayores han de ser más reducidas. A la hora de servir la comida, lo más práctico es repartirla en raciones pequeñas, siempre es mejor repetir que dejar la comida en el plato y que acabe en la basura.
Reinventar las sobras haciendo nuevas recetas. Ya que la Navidad es una época en la que se generan muchos restos de las copiosas comidas, nada mejor que rescatar esas sobras convirtiéndolas en nuevos, deliciosos y equilibrados platos. Reaprovechar siempre ha sido una práctica tradicional muy recomendable para evitar el desperdicio. Se pueden hacer muchas recetas tradicionales y apetecibles a partir de restos de guisos y asados de pescado y de carne como, por ejemplo, canelones, lasaña, pasta rellena, terrinas, pudding de pescado o croquetas. En el caso de los productos frescos, si la fruta está demasiado madura se puede usar para acompañar asados y guisos o bien para hacer compotas, mermeladas y salsas. Las verduras pueden ser reaprovechadas para hacer purés y cremas que acompañarán a los platos principales.
