La organización internacional Slow Food está celebrando actualmente su octavo congreso Internacional en la localidad italiana de Pollenzo, Italia. Y hoy sábado, 16 de julio, será una fecha que señalará un evento histórico marcado por un periodo de cambio profundo y de regeneración.
Porque hoy los delegados han elegido un nuevo liderazgo mundial para abordar los retos medioambientales, climáticos, políticos y sociales que afronta el movimiento, que está presente en 160 países, eligiendo a Edward Mukiibi, joven agricultor africano, para relevar al histórico Carlo Petrini al frente de Slow Food, un cambio que Petrini, el hombre que fundó Slow Food hace más de treinta años, deseaba firmemente que se llevara a cabo.
“Cada vez resulta más rotunda y clara la responsabilidad que tiene la alimentación como principal responsable del desastre medioambiental. Nuestro movimiento, que ha estado trabajando durante más de treinta años para asegurar una alimentación buena, limpia y justa, debe tener el coraje para asumir un papel político de liderazgo para frenar esta deriva de implicaciones catastróficas. Necesitamos una gobernanza que deje espacio para las nuevas generaciones. Debemos tener la habilidad de combinar lo nuevo con lo que ha hecho historia. Debemos ser conscientes de que el camino que hemos andado hasta ahora ha permitido que alcanzáramos objetivos que parecían imposibles, y nos ha permitido convertirnos en lo que somos. Sin embargo, el mundo actual es profundamente distinto de aquel que conoció los inicios de nuestro movimiento. Por este motivo, tenemos la necesidad de estar unidos y dirigidos por la creatividad y la intuición de personas nuevas, capaces de interpretar el presente para luego delinear una trayectoria que nos permita alcanzar objetivos futuros”, aseguraba Carlo Petrini en su discurso de relevo.
Edward Mukiibi
La trayectoria de Edward (Edie) Mukiibi, un joven agricultor africano, empezó el mismo año que nació el movimiento Slow Food, en 1986, cuando tuvieron lugar en Roma las famosas protestas en contra de la apertura de McDonalds. Su relación con la agricultura durante su infancia en Uganda tiene sus raíces en una granja familiar local de un pequeño pueblo. A día de hoy pasa a la historia al ser nombrado presidente de Slow Food y al continuar dando forma al futuro de las culturas agrícolas regenerativas.
“Las acciones más pequeñas de nuestras comunidades se traducen en esperanzas concretas e impactos positivos en nuestras vidas, porque somos una familia global: lo que afecta a uno de nosotros nos afecta a todos, independientemente de las diferencias geográficas, sociales y culturales. Como miembros de Slow Food es importante que seamos conscientes de que una acción pequeña llevada a cabo localmente puede tener un gran impacto en otros lugares […] Hago un llamamiento a que las culturas jóvenes se sumen a la revolución de Slow Food, una revolución que se preocupa tanto como ellas por poner de nuevo el planeta en el rumbo correcto”, trasladaba Mukiibi en su discurso de aceptación.
