El Ministerio de Agricultura y representantes del sector mantuvieron ayer martes una reunión para analizar la modificación de la norma de calidad de la miel, estudiando la posibilidad de reflejar en la etiqueta —en el caso de mezcla de mieles de varios países— la indicación explícita de sus orígenes, lo que eliminaría la otra posibilidad, contemplada en la directiva comunitaria, de agrupar el nombre de los países bajo la indicación ‘Origen CE’ o ‘No originarias de la CE’.

Esta solicitud, que ya había sido expresada recientemente por determinadas organizaciones y Cooperativas Agroalimentarias, fue evaluada desde el punto de vista de la producción y el derecho de los consumidores. Se planteó también hasta qué punto la indicación de origen geográfico es garantía de calidad, y se apuntó la necesidad de analizar detenidamente el cambio que podría implicar la ruptura del Mercado Único, poniendo en desventaja competitiva a los operadores españoles con respecto a los de otros países.

Por parte del Ministerio, el director general de la Industria Alimentaria, Fernando Burgaz proponía realizar una campaña extraordinaria de inspección en la miel a comienzos de 2015 para valorar la calidad de las mieles producidas y/o comercializadas en España. Una campaña que será presentada, para su aprobación, a las autoridades competentes en la lucha contra el fraude y la defensa de la calidad alimentaria de las Comunidades Autónomas el próximo 16 de diciembre.

Por otro lado, también se iniciarán los trabajos para llevar a cabo un estudio sobre la cadena de valor de este producto. Con esos datos, se presentarán los resultados al sector durante el primer trimestre de 2015, para adoptar las decisiones oportunas.

Conocer el origen

“Productores y consumidores merecemos un etiquetado claro para que no haya dudas”, aseguraba la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, UPA en un comunicado emitido la pasada semana, en el que pedía al Ministerio la aprobación de una norma que obligue a reflejar claramente el país de origen de la miel en sus etiquetas, denunciando la competencia desleal de la miel china y la desprotección de los consumidores.

Según datos del propio Ministerio, las importaciones de miel china han crecido de 2.000 toneladas en 2005 hasta casi 15.000 el año pasado. Los envíos de este país a España representaron el año pasado el 66,7% de las importaciones totales, que fueron de 22.096 toneladas, con unos estándares de calidad y de sanidad no tan exigentes como los de la Unión Europea y que pueden ocasionar situaciones de competencia desleal a los apicultores españoles.

Los apicultores lamentan que las importaciones chinas son “la gota que colma el vaso” tras una serie de problemas como el despoblamiento de las colmenas, enfermedades como la varroa —ácaro que afecta a las abejas—, la meteorología adversa o la presión de los abejarucos sobre las poblaciones de abejas.