Más de la mitad de los intercambios comerciales en el sector agroalimentario se ve afectado por la morosidad y la tasa de impagados ha subido hasta el nueve por ciento, una situación que hace que casi la tercera parte de las empresas del sector muestren inquietud de cara al próximo año 2022.
Al menos así se recoge en el más reciente Barómetro de Prácticas de Pago elaborado por la compañía de seguro de crédito interior y a la exportación Crédito y Caución, que indica que tan solo un 38 % de las facturas emitidas por parte de las empresas de la industria agroalimentaria española se han pagado en el plazo acordado inicialmente con el proveedor de la mercancía o servicio.
La tasa de impago crece hasta el 9 %
De hecho, hasta un 53 % de las operaciones se han visto afectadas por la morosidad y el 9 % ha resultado impagado, una cifra dos puntos superior a la que se recogía en el mismo informe hace un año, y que hace que, de cara al próximo año 2022, el 29 % de las empresas agroalimentarias muestren su inquietud por el incremento de las insolvencias y el 27 % sientan la misma preocupación por las carencias de liquidez.
El Barómetro de Prácticas de Pago revela también que el 37 % de las empresas agroalimentarias ha experimentado un aumento de los retrasos en los pagos, frente al 8 % que registra una disminución. Para proteger a la empresa de la falta de liquidez y evitar el riesgo de quedarse sin efectivo debido a los retrasos en los pagos, el 41 % del sector ha incrementado el tiempo y los recursos que dedica al cobro de facturas impagadas. En este contexto, el 50 % del sector solicita con frecuencia el pago en efectivo.
De cara a 2022, el 77 % de las empresas agroalimentarias españolas prevé un crecimiento de su negocio. No obstante, el 40 % anticipa un deterioro del Periodo Medio de Cobro, muy por encima del 9 % que espera una mejoría. Un 40 % expresa su preocupación por la continuidad de la pandemia y el potencial que tiene para prolongar la caída de la economía mundial y afectar negativamente a la economía española. La pandemia ha impulsado al 48 % de la industria a adoptar de forma permanentemente tecnologías digitales.
