Triplican la proteína de la ternera y el hierro de las espinacas, son diez veces más ricas en vitamina B12 que el salmón, tienen cinco veces más magnesio que la carne, dos veces más fibra que el arroz y el doble de calcio que la leche. Son ricos en zinc y contienen omega-3, omega-6 y otros nueve aminoácidos esenciales necesarios para el buen funcionamiento y la recuperación muscular.
Todas estas propiedades nutritivas —avaladas por estudios científicos y por el propio reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo— están contenidas en las barritas y suplementos energéticos a partir de harinas de insectos, como las de harina de grillo que, enfocadas al mundo del deporte, comercializa InsectFit, una startup valenciana apoyada por Lanzadera, la aceleradora de empresas impulsada por Juan Roig en Marina de Empresas, y actualmente impulsada por KM Zero Open Innovation Hub.
Barritas de insectos y deporte
“Hemos comenzado con los usuarios de todo tipo de deportes, e iremos abriendo el campo hasta llegar al consumidor final por completo, para que los insectos se conviertan en el nuevo sushi, que hace quince años nadie habría probado”, explica Gabriel Vicedo, CEO de InsectFit. Esta empresa promueve el consumo de insectos y se convierte en pionera en el procesamiento del grillo común para transformarlos en harina. Además de barritas y suplementos, ya están trabajando para ofrecer en unos meses esta proteína en formato pasta, hamburguesas y dulces o aperitivos para todo tipo de consumidores, así como más variedad de insectos, para lo cual también están sentando las bases que les permitan criar los insectos en granjas propias.
Una actividad, la cría de grillos, que precisa menos recursos que la ganadería tradicional, por lo que resulta mucho más beneficiosa para el medio ambiente: requiere dos mil veces menos agua, doscientas veces menos terreno —pueden criarse en vertical—, son menos contaminantes para el planeta —producen cien veces menos emisiones de CO2 que una vaquería— y consumen doce veces menos alimento que las reses, unos datos que avalan la sostenibilidad de estas explotaciones y sus ventajas medioambientales respecto a una granja de cerdos o de pollos. La producción de proteína es mucho más eficiente y ecológica.
La venta de barritas y suplementos energéticos es posible gracias a la aplicación de la actualización del reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo, que se dio a conocer a finales de 2015, relativo a los nuevos alimentos. Entre ellos se incluye este tipo de animales, a pesar de que en países como Bélgica ya está autorizada la venta de un número determinado de especies.
