Ya se conocen los ganadores de la edición 2020 del Concurso Fotográfico de la Trashumancia, unas obras que suponen todo un reconocimiento a la antigua trashumancia que se practicaba en los años 80 y 90, un momento muy interesante del movimiento ganadero trashumante y a pie.
En su ya duodécima, el jurado de este concurso fotográfico sobre la trashumancia organizado por la Asociación Española de Raza Avileña-Negra Ibérica y el Consejo Regulador, IGP Carne de Ávila, ha seleccionado como ganadoras las siguientes fotos:
El primer premio ha sido para la imagen Trashumancia_2020_03, de Antolín Avezuela Aristu.
El segundo premio se le ha otorgado a la foto Las nuevas generaciones, de Pedro Muñumer.
Los ganadores recibirán, además del reconocimiento, una colección de libros y/o material de fotografía y de trashumancia que se entregarán en el mes de septiembre, durante la celebración de la Feria de ganado de Ávila monográfica de la raza Avileña-Negra ibérica, que este año se organizará y desarrollará según las necesidades y pautas sanitarias del momento.

Las mejores fotos de trashumancia 2020 – Segundo premio
Según los miembros de jurado, “en este año, muchas de las fotografías presentadas son un maravilloso reconocimiento a la antigua trashumancia de los años 80 a 90. Un recuerdo de lo que siempre hemos querido mantener y que se pueda y vuelva a fomentar, como por ejemplo con la aplicación de los eco-esquemas propuestos para la futura PAC”, añadiendo que “las imágenes de este año son muy profesionales y, además, especialmente sensibles al espíritu del movimiento trashumante”.
Trashumancia, Patrimonio Cultural Inmaterial
La trashumancia es el movimiento de ganado marcado por la disponibilidad de los pastos en las distintas zonas de la orografía española. En concreto, los ganaderos asociados de la raza Avileña-Negra Ibérica practican la trashumancia entre las dehesas de Extremadura y Castilla-La Mancha y las sierras de todo el Sistema Central.
En la actualidad esta práctica ganadera se enfrenta a graves problemas de deterioro de infraestructuras, limitaciones legales, sociales, muy especialmente sanitarios y en algunos casos económicos, que ponen en riesgo su continuidad, y con ello, la pérdida del valor ecológico y sociocultural de la misma.
Pero continua siendo una tradición que se mantiene viva. Más de 35.000 animales de la raza Avileña-Negra Ibérica realizaron la trashumancia en 2010. El recorrido medio realizado por las reses que trashuman de Extremadura y Castilla La Mancha a Ávila oscila entre los 250 y los 300 kilómetros, que se realizan en una media de dos semanas. En las tierras altas o agostaderos los animales permanecen hasta noviembre o diciembre, cuando vuelven a tierras extremeñas.
En la actualidad hay más de cuatrocientos cincuenta titulares de explotaciones que practican la trashumancia y viven de esta práctica, a os que se unen otros sectores como los transportistas, productores de piensos, veterinarios, arrendatarios de fincas, etc. Además, se trata de una actividad que ayuda al mantenimiento de la población rural y favorece esta región desde el punto de vista económico, sociocultural y medioambiental.
