La crisis sanitaria está potenciando que los envases alimentarios sean un medio efectivo no solo para proteger el contenido, sino a los propios consumidores. Desde que se inició la pandemia, el packaging evoluciona hacia un tipo de envase dirigido hacia e-commerce, el uso de monodosis para hostelería y los materiales biodegradables.
Así lo aseguran desde el centro tecnológico AINIA apuntando que, además, esta tendencia se produce en un contexto en el que, como consecuencia la evolución marcada por Europa para la reducción del impacto de ciertos plásticos en el medio ambiente —en concreto la Directiva SUP (Single-Use Plastics) de la Comisión Europea—, se imponen criterios de sostenibilidad como elemento común en el desarrollo del packaging alimentario.
Nuevas tendencias en los envases alimentarios
Apropiados para el e-commerce. En este sentido, los expertos del centro tecnológico han observado en los últimos meses un crecimiento del e-commerce y otros servicios de entrega a domicilio —que según las cadenas de distribución alimentaria se espera que se mantenga—, un canal que implica la necesidad de embalajes apropiados para prevenir daños del producto transportado y adaptados a las diferentes formas de distribución.
Además, con el objetivo de reducir materiales, se ha tendido hacia una integración de los envases primarios y secundarios, facilitando la automatización, mejorando la rapidez y la productividad como, por ejemplo, que el tamaño del packaging esté adaptado al producto para minimizar los elementos de amortiguación, tipo expandidos o almohadillas de aire. Un campo el del packaging destinado a e-commerce que abre un nicho apropiado para materiales bio-basados, reciclables y/o procedentes de material reciclado.
Monodosis biodegradables. También se observa cómo la crisis está limitando el uso de ingredientes compartidos en hotelería. La tendencia es clara, y se dirige hacia el uso de monodosis, un campo en el que se abre una puerta a materiales más sostenibles como, por ejemplo, los procedentes de fuentes renovables o biodegradables.
Desde la perspectiva del consumidor final, los envases reutilizables transmiten inseguridad, por ello en los últimos años se ha aumentado el uso de plásticos de un solo uso. Además, se está produciendo un aumento del consumo de alimentos fáciles de preparar, de productos listos para consumir (Ready-To-Eat), de productos como los horneables y de comidas para llevar, cuya demanda se ha acelerado este año por la crisis sanitaria. Además, en julio del próximo año 2021 entrará en vigor la Directiva SUP de la Comisión Europea, por lo que es necesario buscar soluciones más sostenibles.
Materiales más sostenibles. Fruto de estas tendencias se está produciendo un aumento en el consumo de materiales de envasado que, conjugado con la confirmación por parte de la Comisión Europea de seguir con la transposición de la Directiva SUP hace que las medidas relacionadas con favorecer la sostenibilidad de los materiales de envase sean más necesarias que nunca.
El ecodiseño, el uso de materiales alternativos a los convencionales, la simplificación de las estructuras multicapa, la incorporación de material reciclado o la mejora de la reciclabilidad global del conjunto de sistema de envasado, son algunas de ellas.
