Intemporalidad, elegancia, frescor, seducción… son algunas de las características del singular menú que Ramón Freixa ha creado para su restaurante en Madrid, un homenaje a la figura de Christian Dior a través de ocho platos inspirados en las míticas fragancias de la maison.

Hasta el 15 de noviembre el restaurante de Ramón Freixa Madrid ofrece uno de los menús más especiales creados por el chef catalán, una propuesta compuesta por imaginativos aperitivos, sabrosos entrantes como Ostras en tartar o Royal de foie, la reinterpretación de su clásico Burger de Pato, Lenguado meunière y el Socarrat de arroz con bogavante. Para finalizar, un postre con grandes dosis de misterio y seducción en forma de Panna Cotta de chocolate y Mini Manzana Roja, todo maridado con una selección de cinco vinos.

El nuevo menú rescata una de las facetas menos conocidas del famoso diseñador: su pasión por la cocina y por compartir momentos inolvidables alrededor de una mesa haciendo felices a sus comensales, una idea de felicidad ha sido también una de las máximas de Ramón Freixa como base de filosofía de su cocina.

Dior y la cocina

Christian Dior, el genio de la costura que cambió la silueta de las mujeres, el embajador del lujo y del savoir faire francés era, además, un artista de los fogones, un epicúreo amante de la alta cocina, un hedonista de los sabores y de los placeres de la mesa. Un brillante anfitrión que reunía a sus más allegados en torno a su mesa para agasajarles con sus propias recetas.

Al modisto le gustaba la cocina porque le permitía reunir a sus amigos y compartir momentos inolvidables. Dejaba la bata de costurero por el delantal persiguiendo la misma idea de excelencia y calidad, determinado a no transigir jamás sobre la calidad de las materias primas. Cocinaba con la misma creatividad con la que dibujaba vestidos o imaginaba perfumes, animado por el mismo empeño: hacer felices a quienes le rodeaban, fuesen clientas o amigos.

Tan conocida era la afición de Christian Dior a la buena mesa que, cuando su amigo el director del mítico hotel Plaza Athénée se mudó a Caracas, invitó al modisto a degustar un menú de despedida de… ¡ocho platos! maridados con cinco vinos. El chef del hotel, Lucien Diat, afirmaba en sus memorias: “mi primer cliente es Dior”. Y así era. La proximidad de la maison, situada casi frente al hotel en la Avenue Montaigne propiciaba las visitas de Monsieur Dior, quien acabó comiendo casi a diario en un comedor privado del establecimiento.