Esta mañana se ha inaugurado en la localidad italiana de Bra la edición 2015 de Cheese, 2015, la feria internacional dedicada a las formas de la leche, con la presencia de centenares de productores de quesos artesanos, entre ellos los productos de más de 60 Baluartes Slow Food.

La inauguración de Cheese, que permanecerá hasta el 21 de septiembre en Bra, Italia, ha contado con la presencia de Carlo Petrini, presidente de Slow Food, y con los protagonistas del Premio Resistencia Quesera 2015, un reconocimiento que Slow Food concede a aquellos pastores y queseros artesanos que se distinguen por la pasión, la dedicación y el compromiso en la búsqueda de la calidad, rechazando las simplificaciones de la modernidad y respetando la naturalidad, la tradición y el gusto.

Pequeños productores que resisten, no obstante las dificultades, los riesgos, el aislamiento, manteniendo vivos extraordinarios patrimonios de destrezas, de paisajes, de relación con los animales.

Los Premios Resistencia Quesera los reciben este año:

André Valadier, histórico productor de la Tome de Laguiole (Francia). Valadier, ganadero de la pequeña región de la Aubrac, tiene el mérito de haber revivido, en los años sesenta, la Tome de Laguiole, un producto fundamental de la tradición quesera francesa, y la cría de la raza bovina Aubrac. Fundador de la cooperativa Jeune Montagne, durante años alcalde de la ciudad de Laguiol, consejero regional de Midi-Pyrenées y presidente del comité nacional de productores queseros del Inao, André Valadier es aún hoy, a sus 82 años, un punto de referencia para las nuevas generaciones de queseros franceses.

Guilherme ‘Capim’ Ferreira, joven veterinario y productor de quesos de São Roque de Minas (Brasil). Nacido y crecido en la ciudad de São Paulo, Guilherme ‘Capim’ Ferreira, 28 años, ha convertido la granja de su abuelo en São Roque de Minas en un fundamental punto de partida para construir su futuro. En 2011, tras su graduación en veterinaria, Guilherme decidió hacerse cargo de la granja familiar y dedicar su vida a la ganadería y a la producción de quesos, como el tradicional Serra da Canastra, producto del Arca del Gusto de Slow Food. Además, decidió recuperar una raza bovina local: la caracu. Hoy, aun con todo el respeto por la tradición, su finca agrícola se encuentra entre la vanguardia del país, ha ampliado la cría a las razas porcinas, y pronto se convertirá en granja didáctica.

María Jesús Jiménez Horwitz, quesera y activista en defensa de los quesos tradicionales españoles. Quesera de Jayena, Granada, y presidenta de la Red Española de Queserías de Campo y Artesanas, asociación de productores que defiende y promueve el sector quesero artesanal, María Jesús Jiménez Horwitz se bate en primera línea por la tutela de la extraordinaria biodiversidad de los quesos españoles, hoy amenazada por la estandarización y las normas higiénico sanitarias. Graduada en farmacia, ha conseguido un master en seguridad alimentaria para mejor dialogar con las administraciones y las autoridades sobre las restricciones regulatorias que dificultan la supervivencia de las pequeñas queserías artesanales y de todas las tradiciones vinculadas con ellas.

Agitu Ideo, productora quesera y criadora de la cabra mochena, originaria de una comunidad pastoril etíope, emigrada a Trentino Alto Adige (Italia). Originaria de Addis Abeba, Agitu Idea se fugó a los 18 años de Etiopía después de verse amenazada repetidas veces a causa de su compromiso contra el acaparamiento de tierras de las multinacionales. Descubrió Trento como estudiante, y decidió criar en Valle San Felice, en el valle de Gresta, la cabra manchada mochena, en el Arca del Gusto de Slow Food por estar en peligro de desaparición. Agitu, 36 años, ha puesto en marcha la granja La capra felice (la cabra feliz), donde, en 11 hectáreas de terreno recuperadas del abandono, cría 70 cabras y 50 gallinas ponedoras, y cultiva 4.000 metros cuadrados de hortalizas. La capra felice es también una pequeña quesería y una empresa de turismo rural y social.

Ferdinando Quarteroni, criador de la cabra orobica, raza en peligro de extinción de Lombardía, Baluarte Slow Food (Italia). Ex electricista habituado a la vida ciudadana, Ferdinando Quarteroni decidió hace veinte años cambiar de vida y, junto a su familia, se mudó al campo para comenzar una nueva aventura: la ganadería. En Lenny, Valle Brembana, en la empresa de turismo rural que porta su sobrenombre, Ferdy cría vacas de raza bruna, caballos aveligneses y cabras de raza orobica, Baluarte Slow Food. Produce quesos tradicionales de leche de cabra como el roviola, el matuscin y el formagin. La finca agrícola es, además, granja didáctica abierta a las escuelas, alojamiento y pequeño centro de bienestar.

Madeleine Hanssen, productora del Herve de leche cruda, Baluarte Slow Food (Bélgica). El herve es famoso en toda Bélgica, pero pocos conocen la versión de leche cruda, hoy rarísima. En la provincia de Lieja, Madeleine se ha hecho cargo de la finca familiar (una granja centenaria) y ha recomenzado a elaborar, junto a su marido, Philippe, el Herve tradicional de leche cruda, Baluarte Slow Food. El herve de Madeleine es fruto de una pasión familiar que viene de lejos, pero que aún hoy se ve sometida a los obstáculos de una reglamentación hiperhigienista. Esta reglamentación precisamente ha provocado el cierre de la granja familiar de José Munnix, último productor, junto a Madeleine Hanssen, del herve de leche cruda. Como reacción a este incidente, los productores artesanales de Vallonia, entre ellos Madeleine, se han reunido para definir estrategias compartidas de defensa de las pequeñas producciones de leche cruda y proseguir su batalla por los valores de la resistencia quesera.

Cheese, la manifestación internacional bienal organizada por la ciudad de Bra y Slow Food, se celebra en Bra, Italia, desde hoy viernes 18 y hasta el lunes 21 de septiembre. Dedicado a la leche en todas sus formas, el acontecimiento ha impulsado la creación de una red internacional de productores de quesos y artesanos del sector lácteo-quesero, y se halla actualmente en su décima edición.

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Una española entre los Premios Resistencia Quesera otorgados por Slow Food
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Una española entre los Premios Resistencia Quesera otorgados por Slow Food
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Los Premios Resistencia Quesera son un reconocimiento que Slow Food concede a pastores y queseros artesanos que se distinguen por la pasión, la dedicación y el compromiso en la búsqueda de la calidad.
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