Más de 15.000 ganaderos y ganaderas se manifestaron ayer viernes en las calles de Santiago de Compostela para exigir el fin de los abusos de las industrias lácteas, que están eliminando la rentabilidad de sus explotaciones.
La protesta —una de las mayores organizadas por el sector lácteo español— fue, según los convocantes, “una demostración de fuerza y unidad” de los ganaderos que claman por unos precios justos para leche y una garantía de recogida que les permita mantener su actividad, exigiendo que los precios que perciben por parte de las industrias se recuperen “al menos hasta niveles que cubran los costes de producción”.
Bajo el lema ‘Salvemos el sector lácteo’ los manifestantes reclamaban que se cumplan los compromisos de recogida de la leche, que se han abandonado unilateralmente en los últimos meses por parte de algunas industrias lácteas y otros “primeros compradores”. “El mundo rural de muchas zonas depende totalmente del sector lácteo”, explicaban en la manifestación. “Muchos no tenemos otra alternativa”, aseguran.
“Los atropellos de la industria y la distribución tienen que acabar”, declaraba en este sentido el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, UPA, Lorenzo Ramos, presente en la marcha. “Debe respetarse nuestro papel como primer eslabón de una cadena que puede y debe ser sostenible”, ha declarado, “El mundo necesita leche y nosotros podemos proporcionársela”.
Salvar el sector
“No sobra leche, sobran especuladores”, “Sin ganaderos no hay Galicia” o clásicos como “Precios Justos para nuestros productos” son algunos de los lemas que han coreado los participantes de la marcha, que se ha desarrollado sin incidentes y que ha tenido su reflejo en las redes sociales bajo la etiqueta #EsLaLeche.
El secretario de Ganadería de UPA, Román Santalla, ha advertido que las movilizaciones continuarán, y ha asegurado que no descartan ninguna opción: “No nos vamos a quedar de brazos cruzados viendo como cada día cierran explotaciones en nuestro país”. Los ganaderos han exhortado a los representantes del Ministerio de Agricultura a “tomar las riendas de la negociación” y salvar a un sector “estratégico” para el mundo rural y para la economía española.
