Los quesos suizos son conocidos en todo el mundo por el cuidado y a las características artesanales con las que se elaboran. El pastoreo de las vacas es obligatorio en este país donde está totalmente prohibido el uso de hormonas y antibióticos en la crianza de ganado y donde ningún queso puede fabricarse con aditivos químicos.

Para elaborar un queso suizo se utiliza casi el doble de leche que para fabricar un queso de producción industrial. Las queserías reciben dos veces al día la leche recién ordeñada para garantizar la elaboración de un producto fresco y sano. El uso de leche cruda, no pasteurizada, posibilita un sabor más intenso y potencia los aromas derivados del pasto y forrajes.

Unos sabores que se deben, en esencia, a la leche con la que se elaboran, no pasteurizada y de las mejores vacas, vacas no hormonadas y alimentadas con pastos del prado, heno y hierbas naturales. Gran parte del mérito es de éstas, pero, son los maestros queseros suizos los que siguiendo el mismo proceso que cientos de años atrás, se encargan de transformar la leche en quesos de excelentísimo sabor, sin aditivos, ricos en vitamina D y aptos para intolerantes al gluten y a la lactosa, quesos que dan lugar a platos como esta Brocheta de Appenzeller con espinacas frescas y huevo escalfado, una receta ofrecida por Quesos de Suiza.

Brocheta de queso Appenzeller con espinacas frescas y huevo escalfado

INGREDIENTES

  • 2 lonchas de queso Appenzeller, como de 1 cm de grosor
  • Espinacas frescas
  • 1 chalota
  • Mantequilla
  • 2 huevos
  • Sal y pimienta negra
  • Pimienta de Espelette en polvo
  • 2 panecillos
  • 10 cl de vinagre blanco
  • 1 l de agua hirviendo

ELABORACIÓN

Doramos ligeramente los panecillos en la tostadora, colocamos una loncha de queso Appenzeller en cada tostada y horneamos durante 5 minutos. Reservamos en caliente.

En una cacerola, rehogamos la chalota en la mantequilla y luego agregamos las espinacas hasta que suelten su jugo. Salpimentamos.

Por otro laso, rompemos el huevo en un vaso. Calentamos el agua con el vinagre y, una vez esté hirviendo, removemos con una cuchara y vertemos suavemente el huevo, dejando que se haga durante 1 o 2 minutos. Retiramos el huevo con un escurridor y hacemos lo mismo con el segundo huevo.

Para finalizar, colocamos las espinacas sobre las lonchas calientes de queso, disponemos el huevo encima, sazonamos con sal, decoramos con pimienta de Espelette en polvo y acompañamos con una ensalada verde. Repetimos la operación con el otro panecillo.

Brocheta de queso Appenzeller con espinacas frescas y huevo escalfado
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Brocheta de queso Appenzeller con espinacas frescas y huevo escalfado
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