El proyecto ‘La Alimentación no tiene desperdicio’ es una campaña de concienciación social, una iniciativa de colaboración para reducir el desperdicio alimentario liderada por AECOC, la asociación de empresas de gran consumo, que ya cuenta con el apoyo de las más importantes empresas fabricantes y distribuidoras, operadores logísticos y de transporte.
El proyecto tiene tres objetivos principales: por un lado, establecer prácticas de prevención y eficiencia a lo largo de toda la cadena alimentaria, que consigan una reducción de los desperdicios; además, se trata de maximizar el aprovechamiento del excedente producido a lo largo de las diferentes fases de la cadena de valor (redistribución, reutilización y reciclado), y, finalmente, sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre este problema y la necesidad de reducir el desperdicio alimentario.
La iniciativa cuenta con el apoyo de más de quinientas empresas fabricantes y distribuidoras del sector del gran consumo, operadores logísticos y de transporte, asociaciones empresariales, organizaciones de consumidores, instituciones y está coordinada desde AECOC, que con esta campaña quiere dar a conocer los esfuerzos que las empresas realizan para evitar el desperdicio alimentario e impulsar mejores prácticas de colaboración con el fin de ir disminuyendo el problema.
Y es que cada año se desperdician en España casi ocho millones de toneladas de comida. Por ello, ‘La alimentación no tiene desperdicio’ quiere concienciar al consumidor de la problemática que supone el desperdicio a nivel global, y hacerle partícipe en la iniciativa fomentando su colaboración para reducir el desperdicio que genera cada uno a nivel personal, con sugerencias de elaboración de estupendos platos de reaprovechamiento como estas Croquetas de huevo y remolacha, una receta de Carme Ruscalleda ofrecida por AECOC que forma parte del libro Para comer bien y barato, de Cruz Roja.
Croquetas de huevo y remolacha
INGREDIENTES
- 1 puerro pequeño olvidado por la nevera
- Remolacha cocida sobrante de un plato anterior
- 4 huevos duros
- 2 vasos de leche
- 4 cucharas soperas de harina de trigo
- 4 cucharas soperas de fécula de maíz
- 1 remolacha mediana
- 4 cucharas soperas de queso rallado
- Aceite de oliva virgen
- Sal y pimienta blanca
Para el rebozado
- Harina de trigo
- 2 huevos
- Pan rallado
- Aceite de oliva virgen extra
ELABORACIÓN
En una cazuela sofreímos el puerro picado muy fino, a fuego lento (debe quedar cocido y poco dorado).
Trituramos la remolacha la leche, la harina, la fécula de maíz y el queso, todo junto y lo añadimos al sofrito anterior. Cocemos a fuego medio sin dejar de remover, hasta que haga burbujas. Después, salpimentamos y añadimos los huevos duros picados y continuamos revolviendo durante 1 minuto.
Vertemos en una bandeja para que se enfríe y protegemos con film transparente.
Una vez fría y reposada la pasta, hacemos croquetas, las pasamos por harina de trigo, luego por clara de huevo y, finalmente, por el pan rallado. Reservar en la nevera.
Con el aceite bien caliente, freímos hasta que queden doradas, luego las sacamos, dejamos sobre papel absorbente, y listas para servir.





