Los granjeros de pollo atraviesan desde hace varios meses una situación límite: los costes que asumen se han disparado por la brutal inflación que afecta a sus diferentes partidas. Sin embargo, aseguran que el precio que perciben de las integradoras —empresas que controlan el proceso productivo y el mercado— apenas ha variado.
Los consumidores, por su parte, están pagando cada día un precio más alto por la carne de pollo, que además es la fuente de proteínas más consumida de España. Así lo aseguran desde las organizaciones profesionales agrarias, ASAJA, COAG y UPA, que señalan a la industria y a la gran distribución como las que tienen en su mano pagar un precio justo a los granjeros y se han dirigido a la patronal Avianza —que aglutina a las industrias integradoras, a las asociaciones de la gran distribución—, y al propio Ministerio, para “exigir un cambio de actitud inmediato que asegure la supervivencia de los granjeros de pollo españoles”.
El pollo, cada vez más caro
Y es que desde estas organizaciones agrarias y ganaderas describen la situación como dramática, a consecuencia del aumento de los costes de producción, tanto en el caso de la energía, los combustibles, y todas las materias primas y materiales que son necesarios para continuar con el proceso de producción: “Sin duda, son las granjas de producción las que están pagando la factura de esta crisis, junto con los consumidores, porque el precio de venta al consumidor se ha visto incrementado sin que se haya producido un reparto de este aumento a lo largo de la cadena de valor”, explican, añadiendo que sigue creciendo el número de titulares de granjas de producción de carne de pollo y pavo que anuncia su intención de cerrar las naves, “ya que lo único que están haciendo es acumular pérdidas y contraer deudas con sus proveedores. Es por ello que en los próximos meses existe un enorme riesgo de desabastecimiento de carne de pollo y de pavo en España”.
Por ello, y en cumplimiento de la Ley de Cadena alimentaria, urgen a las empresas integradoras a realizar una revisión inmediata de sus contratos, y a la vista del enorme aumento de los costes de producción, elevar los precios remunerados por los ganaderos. Igualmente piden al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que actúe en consecuencia, y a las Comunidades Autónomas que agilicen el pago de las ayudas directas por los efectos de la guerra de Ucrania, para dotar de cierta liquidez a las explotaciones avícolas ante la crisis que atraviesan.
