El aumento de la presión fiscal sobre el sector de alimentación y bebidas tendría graves efectos económicos y sociales, afectando al empleo, la facturación y el Valor Añadido Bruto (VAB). Una subida de impuestos, además de no cambiar los hábitos de consumo, afectaría a las clases más desfavorecidas.
Al menos así lo asegura el Informe sobre fiscalidad y alimentación realizado por la consultora internacional PwC a petición de algunas de las mayores asociaciones y entidades del sector de alimentación y bebidas —Aecoc, Aces, Anged, Asedas, Hostelería de España, Marcas de Restauración, Promarca y Fiab—, que se acaba de presentar hoy martes en Madrid, con la presencia también de asociaciones de agricultores y ganaderos como Asaja y Coag.
Consecuencias de una mayor presión fiscal
El informe de PwC afirma que «una subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas tendría impactos negativos en la economía española, con caídas de facturación, Valor Añadido Bruto (VAB) y empleo, además de repercutir también gravemente en la cadena de valor agroalimentaria —sector agrario, industria, transporte, distribución y restauración—» detallando que «el incremento del tipo de IVA para determinadas categorías de productos podría suponer para la economía española una caída de la facturación de cerca de 120 millones de euros, una pérdida de Valor Añadido Bruto de 110 millones de euros y una destrucción de casi 2.000 puestos de trabajo».
Respecto a la anunciada subida del IVA a las bebidas azucaradas y edulcoradas como medida para favorecer hábitos más saludables, el Informe señala que “la evidencia científica basada en la experiencia de países que han implementado impuestos a alimentos y bebidas con el objetivo de mejorar la salud demuestra que la política fiscal utilizada para resolver el problema de la obesidad es limitada, inconcluyente e incluso lo han eliminado por los efectos negativos que tiene sobre la actividad económica, el empleo o la equidad”, poniendo como ejemplo los casos de Francia y México, países en los que tras seis años de aplicación del impuesto a las bebidas azucaradas “no muestran, hasta el momento, ningún efecto en términos de reducción de sobrepeso”, y de otros, como Dinamarca, Eslovenia, Australia y Colombia, donde se ha eliminado “por ineficaz y negativo para el conjunto de la economía”.
Finalmente, el informe de la consultora internacional asegura que “desde el punto de vista social, el incremento del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas del 10 % al 21 % también impactaría negativamente en las rentas más desfavorecidas. Esta política fiscal agravaría la crisis sobre el consumo y perjudicaría a las rentas más bajas que están siendo las más castigadas. Los hogares con el nivel socioeconómico más bajo, cerca de 4,7 millones, suponen el 17 % de la renta nacional y acabarían soportando el 22 % de la recaudación del impuesto”.
