Una receta muy poco convencional y a su vez, muy sencilla. Aunque a primera vista no lo parezca, la sandía y el tomate son dos productos que maridan estupendamente, pero si además les acompañamos de unos sencillos ingredientes, el resultado es espectacular. Esta receta debe su procedencia a un plato de desayuno turco clásico, que […]
Una receta muy poco convencional y a su vez, muy sencilla. Aunque a primera vista no lo parezca, la sandía y el tomate son dos productos que maridan estupendamente, pero si además les acompañamos de unos sencillos ingredientes, el resultado es espectacular.
Esta receta debe su procedencia a un plato de desayuno turco clásico, que se compone de sandía, queso feta, a veces menta… y poco más. Después de probarla, empezará a ver la sandía con otros ojos. Porque por sí misma, la sandía es básicamente dulce, pero acompañada de otros ingredientes más contundentes, su sabor se vuelve más suave y más complejo, de modo que el dulzor deja de ser su cualidad principal.
Dos productos que ganan con la compañía
Tanto el tomate como la sandía, ambos son frutas y obviamente algo similares de aspecto interior, pero en lo que se refiere a sabor y textura, son completamente contrapuestos. Si al conjunto le añadimos una vinagreta, cebolletas, queso tipo roquefort y un pellizquito picante de cayena, el apareamiento da como resultado una ensalada que satisface cada papila gustativa, sea cual sea su misión, y además es muy refrescante durante todo el cálido verano.
Necesitaremos sandía sin pepitas cortada en tacos de tamaño comestible o en bolitas, tomate cortado en rodajas (procure cortarlos sobre un recipiente para posteriormente aprovechar sus jugos), queso azul en cualquiera de sus variedades, cebolleta picada muy finita (incluida los tallos verdes más tiernos, que le añaden un sabor especial), aceite de oliva virgen, vinagre de jerez, un pellizquito de cayena molida y perejil picado.
Rociamos sobre la ensaladera el aceite de oliva, el vinagre, la cayena y el jugo que hayamos recuperado al cortar. Batimos un poco y añadimos la sandía, el tomate y la cebolleta picada. Mezclamos para que todo se impregne bien de la vinagreta y por encima le añadimos el queso desmenuzado y el perejil. Listo para servir en la mesa.
Importante: enfríe previamente tanto la sandía como el tomate, para poder servir la ensalada inmediatamente después de elaborada. Una vez hecha no la deje en la nevera, para evitar que se quede “mustia”.