La historia de esta conocida marca comienza a finales del siglo XIX, y después de ciento cincuenta años de existencia, está llena de anécdotas llegadas desde muy distintas partes del mundo. Para empezar, su propio nombre, cuyo origen está en regalo de negocios, un simpático monito proveniente de América, que acabó bautizando al producto: Anís del Mono.
Y en segundo lugar el mono, cuyos rasgos humanoides están basados nada menos que en Charles Darwin, sin duda un guiño al debate de aquella época sobre su teoría de la evolución. Además de la icónica botella con sus rombos en relieve, consecuencia de una romántica historia que inspiró su diseño cuando su creador, Vicente Bosch, buscaba un regalo especial para su mujer y fue en la plaza Vendôme de París donde encontró el perfume perfecto y, con él, la inspiración para su botella de corte adiamantado que se ha convertido en todo un icono.
Pero no solo visualmente, sino que, además, probablemente se trata de la botella más sonada de la historia. Y es que su cristal adiamantado hacía un ruido tan curioso que con él nació una de las tradiciones navideñas españolas más conocidas: rascar la botella de anís acompañando villancicos y canciones varias, de modo que durante siglo y medio, familias enteras la han utilizado como instrumento musical.
La etiqueta también encierra algunas curiosidades: en el momento de su lanzamiento, Vicente Bosch pidió a una imprenta francesa que realizase la etiqueta y cometieron un error tipográfico —la palabra ‘Destillación’ figura con dos eles, como en francés— que se ha mantenido hasta el día de hoy.
Y en cuanto a su utilización en la cocina, desde hace años se viene utilizando para hacer rosquillas, pero hay un mundo de posibilidades más, ya que esta bebida es perfecta como ingrediente en muchas otras elaboraciones, como, por ejemplo, estos Chups explosivos de Anís del Mono, una receta ofrecida por Anís del Mono.
Chupachups explosivos de chocolate y anís
INGREDIENTES
- 500 g de cobertura de chocolate negro
- 200 g de cobertura de chocolate para fundir
- 200 g de glucosa
- 190 g de nata
- 80 g de Anís del Mono
- 100 g de choco sparkys o peta zetas bañados en chocolate
ELABORACIÓN
En un cazo o recipiente adecuado cocemos la nata y la glucosa juntas. Cuando haya hervido, volcamos la mezcla sobre la cobertura de chocolate y mezclamos con la ayuda de una batidora. Por último, añadir el anís y terminamos de mezclar.
Ponemos la mezcla en una manga pastelera con boquilla lisa y dejamos enfriar. Una vez fría, hacemos unas bolitas tipo trufas con la manga pastelera en una bandeja y las guardamos en la nevera. Mientras tanto fundimos los 200 g chocolate y preparamos un recipiente con los choco sparkys.
Sacamos las trufas de la nevera, las bañamos en el chocolate fundido, y seguidamente las rebozamos con los choco sparkys.
Dejamos que pasen un par de minutos para que se endurezca el chocolate, les ponemos el palito de chupachups, y listo.





