Según la Fundación Española de la Salud Digestiva, los españoles no alcanzan a consumir los 600 gramos diarios de frutas y hortalizas recomendados por la Organización Mundial de la Salud, un dato que podría asociarse al hecho de que un tercio de la población española sufre ocasionalmente molestias digestivas.
El próximo 29 de mayo se celebra el Día Mundial de la Salud Digestiva, una jornada promovida desde hace una década por la Organización Mundial de la Gastroenterología (WGO) a la que se suma la Asociación de Productores Hortofrutícolas de Val Venosta (VI.P – Manzanas Val Venosta) para difundir y concienciar sobre los diversos problemas que puede presentar el aparato digestivo.
De hecho, según datos de la Fundación Española de la Salud Digestiva (FEAD), una de cada tres personas sufre ocasionalmente molestias digestivas. Las más comunes son el estreñimiento y diarrea, los gases o la sensación de pesadez. Aunque el sobrepeso, las migrañas, los granos o las varices también pueden ser señales de una mala salud digestiva.
Recomendaciones de la OMS
El sistema digestivo se encuentra activo entre 10 y 20 horas diarias. De la eficacia de su funcionamiento depende en gran medida la salud general del organismo, ya que se encarga de absorber y transformar los nutrientes de los alimentos y bebidas para que pasen al torrente sanguíneo. El estrés y los malos hábitos alimenticios suelen estar detrás de sus trastornos. Por ello, la FEAD incide en la importancia de mantener una alimentación equilibrada, con especial importancia de frutas y verduras. Y es que, dependiendo de lo que comemos, haremos trabajar más o menos a nuestro aparato digestivo.
Hay que tener en cuenta que el tiempo de vaciamiento gástrico —cuando, totalmente digeridos los alimentos en el estómago, pasan al intestino— varía desde menos de 2 horas para los líquidos e hidratos de carbono a entre 2 y 4 horas para las proteínas y más de 4 para las grasas. No obstante, los españoles le hacen trabajar bastante, ya que, según datos del propio Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medioambiente, no alcanzan a consumir los 600 gramos diarios de frutas y verduras que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Una cantidad que los expertos aseguran que permitiría reducir un 19% los casos de cáncer gastrointestinal, entre múltiples beneficios para el organismo.
Alimentos prebióticos
En los últimos tiempos han proliferado alimentos funcionales y preparados de probióticos, compuestos que contienen una serie de microorganismos presentes, por ejemplo, en la flora intestinal para regenerarla cuando se han sufrido trastornos digestivos. Aunque también puede optarse por alimentos prebióticos, como la manzana, cuyos componentes estimulan naturalmente la proliferación y equilibrio de la flora y mucosa presentes en el intestino.
Cuando se toma una manzana sin pelar cobra protagonismo su contenido en fibras insolubles (que no se disuelven en agua) y se acelera el tránsito intestinal, contrarrestando el estreñimiento y produciéndose un efecto barrido que limpia las toxinas que hayan podido generarse en el proceso digestivo. Mientras que, cuando se toma la manzana pelada, adquiere protagonismo la pectina, una fibra soluble que está presente en su pulpa y que ayuda a la retención de líquidos, contribuyendo a la formación del bolo intestinal. Además, la pectina absorbe las bacterias causantes de la colitis y permite que se recuperen los minerales perdidos por el exceso de deposiciones.
Por otra parte, esta fruta es una de las más ricas en taninos, unas sustancias que aparecen cuando la pulpa se oxida al contacto con el aire (son más presentes al comer la manzana pelada y, sobre todo, rallada). Su labor es secar y desinflamar la mucosa intestinal, una capa que tapiza el interior del conducto digestivo, por lo que tiene propiedades astringentes y antiinflamatorias. Esta mucosa se suele desequilibrar e inflamar cuando se padecen alergias, intolerancias o sensibilidades frente a ciertos alimentos o componentes (como la lactosa o el gluten, por ejemplo), por lo que la manzana puede ayudar a atenuar las molestias digestivas derivadas.
