En Cataluña no hay fiestas navideñas sin canelones, una receta que inevitablemente despierta los recuerdos de la abuela cocinando, horas y horas, el día de San Esteban, y un plato que este próximo 2015 cumple 200 años de su llegada a Cataluña, de la mano de cocineros italiananos.
En la Barcelona burguesa de la segunda mitad del siglo XVIII abundaban los cocineros italianos y las recetas hechas a base de pasta. Es por eso que muchos dicen que los canelones comenzaron a servirse en las mesas catalanas después de que Giovanni Ardizzi los hiciera populares en la mítica y desaparecida fonda Beco del Reco, inaugurada en 1815.
200 años después, el clásico sabor del relleno de carne con la pasta y la bechamel se ha convertido en un plato imprescindible y mítico de la gastronomía catalana del que este año el Gremio de carniceros y charcuteros de Barcelona prevé unas ventas navideñas de 2.275.000 unidades de canelones, con un incremento del 1% respecto al año pasado.