Del 28 al 30 de noviembre llega a Madrid ‘Road to Extraordinary’, el pop up de Guinness que traslada a Madrid lo mejor de su Storehouse en Dublín. Con este espacio efímero llegan también Dublin Porter y West Indies Porter, dos cervezas porter que reflejan a la perfección los primeros tiempos de esta cerveza, cuando su fundador, Arthur Guinness, compró la fábrica de St. James Gate en 1759.

Fue años más tarde, en 1787, cuando se empezó a elaborar cerveza porter en lugar de ale para poder competir con las cervezas negras que llegaban a Irlanda desde las destilerías de Reino Unido. La Dublin Porter está basada en una receta de 1796, mientras que la West Indies Porter sigue las instrucciones de un cervecero que en 1801 la elaboraba para exportarla al Caribe. Para llevar a cabo la elaboración de estas cervezas Guinness ha creado desde hace unos meses en Dublín, una fábrica piloto en la que se experimenta con estas antiguas recetas.

La cerveza porter nació a principios del siglo XVIII como una mezcla de cervezas pale ale, brown ale y stale ale (añeja). En un principio se denominó entire butt, pero pronto pasó a conocerse como porter debido a su enorme popularidad entre los porteadores que trabajaban en los mercados y puertos de la capital.

Cada detalle en ambas cervezas ha sido cuidadosamente realizado, tanto su elaboración como su diseño evocan la época en la que se crearon. El etiquetado llama especialmente nuestra atención, en color azul para la Dublin Porter y amarillo para la Guinness West Indies, un claro reflejo de los primeros tiempos de esta marca.

Notas de cata

Dublin Porter (3,8%): Aroma a cremosa malta y cappuccino, con toques de toffee oscuro y lúpulo picante. En boca se aprecia el amargor del lúpulo, al que se superponen la suavidad de la malta y un sabor cada vez más intenso a toffee, con notas de fruta procedentes de maltas tostadas más oscuras. El final es agridulce en principio para luego pasar a ser seco y amargo con cierta acidez, mientras que su carácter cremoso recuerda al de una milk stout con la persistente suavidad del café. Se trata de una cerveza que entra muy bien.

West Indies Porter (6%): Toques herbáceos y lúpulo picante, con claras notas de toffee, regaliz y café procedentes de maltas más oscuras. En el paladar presenta un sutil equilibrio entre los granos tostados del café expresso y el amargor del lúpulo, con notas persistentes de toffee y regaliz. El final es dulce en principio para luego adoptar el amargor de la fruta tostada, el café y el lúpulo, con un constante equilibrio entre malta cremosa y regaliz. Sabor refrescante y con mucho cuerpo.