Los piñones son un alimento que forman parte de la dieta tradicional de muchos países europeos, aparte de haberse convertido últimamente en un ingrediente habitual en ensaladas o como base del famoso pesto italiano. Pero durante los últimos años se han producido numerosos casos de personas que tras haber comido piñones han sufrido un episodio […]

Los piñones son un alimento que forman parte de la dieta tradicional de muchos países europeos, aparte de haberse convertido últimamente en un ingrediente habitual en ensaladas o como base del famoso pesto italiano.

Pero durante los últimos años se han producido numerosos casos de personas que tras haber comido piñones han sufrido un episodio de alteración del sabor. Los síntomas suelen tardar en desarrollarse un par de días y generalmente se describen como “una persistente sensación de sabor amargo y metálico que interfiere en la percepción del resto de los alimentos”. En la mayoría de los casos estos síntomas desaparecen tras una o dos semanas.

Desde que se detectó este hecho, varias investigaciones europeas -la primera realizada por el Centro Oficial de Intoxicaciones de Bélgica en 2001 y la última por parte de la Agencia de Standards Alimentarios del Reino Unido- han intentado sin éxito encontrar la causa del problema. Ahora, el Ministerio Danés de Alimentación parece haber encontrado la respuesta.

Piñones chinos de dos especies inusuales en Europa

Según informaba la revista especializada FOODnavigator.com,  la Agencia Alimentaria Danesa ha descubierto que para satisfacer la creciente demanda de este producto, los productores chinos han estado exportando piñones de dos especies de pino inusuales en Europa, como el Pinus armandiiy (Pino chino blanco) y el Pinus massoniana (Pino chino rojo), que al parecer son los causantes de este problema de sabor.

Ambas especies son más pequeñas que los piñones estándar, a menudo con una forma redonda o triangular y con una composición diferente a los tradicionales, pero difíciles de distinguir, dado que se comercializaban mezcladas con los piñones a los que tradicionalmente estamos acostumbrados en Europa.

Aunque los componentes responsables del problema de alteración del sabor aún no han sido identificados, la Comisión Europea ha prohibido preventivamente toda importación adicional de este tipo de piñones no catalogados oficialmente.