Acercar un poco de Cáceres, la Capital Española de la Gastronomía en 2015, a los madrileños es el objetivo de la primera Ruta de la Tapa DOP Torta del Casar en el barrio de Chamberí, una iniciativa impulsada por el propio Consejo Regulador de la Denominación de Origen extremeña.
Hasta el próximo 24 de mayo un total de nueve bares y restaurantes situados en las calles Ponzano y Bretón de los Herreros de este céntrico barrio madrileño participan en esta iniciativa preparando las mejores tapas de queso DOP Torta del Casar.
El precio, unificado para todos los establecimientos participantes es de 2,50 euros, incluyendo una tapa de este queso extremeño, acompañada de una bebida.
Algunas de las tapas propuestas hasta el 24 de mayo son:
- Tapa de berenjena marinada con Torta del Casar, en La Contraseña
- Tapa Torta del Casar con fruta de la Dehesa, en Los Arcos de Ponzano
- Tapa Torta del Casar con morcilla ibérica, en Meat by Don Óscar
- Tosta de Torta del Casar con morcilla y compota, en La Máquina
- Tapa tarta de calabacín con Torta del Casar, en Le Qualité Tasca
- Tapa minipitas de berenjenas a la brasa con Torta del Casar, en Noama Gastrobar & Fusion
- Postre de esferificación de Torta del Casar con obulato y tierra de chocolate, en Casa Fonzo
Pura leche de oveja
La Torta del Casar es un queso natural, elaborado mediante métodos tradicionales a base de leche cruda de oveja procedente de ganaderías controladas, cuajo vegetal y sal. El uso de este cuajo vegetal extraído del cardo, Cynara Cardunculus, junto con el saber de los maestros queseros, genera durante el proceso de maduración una intensa proteólisis cuando la corteza aún no está plenamente formada, lo que hace que los quesos no soporten su propio peso, tendiendo a aplastarse y a abombarse por los lados, y adquiriendo una forma atípica que a los queseros del Casar de Cáceres les recordaba una “torta de pan”, de donde deriva el nombre Torta del Casar.
El resultado es un queso de corteza ligera y fina, semidura, cuya principal característica es su textura altamente cremosa que hace que en determinados momentos de la maduración deba ser vendado para evitar que la pasta, de color entre blanco y marfil, se derrame a través de las grietas de la aun blanda corteza.
Con aromas lácticos y vegetales, y un gusto intenso y desarrollado resulta fundente al paladar, muy poco salado y ligeramente amargo, característica esta que se debe al uso de cuajo vegetal.