Cuatro normativas en el sector alimentario están dispuestas para su aprobación con el nuevo Gobierno. Una de ellas Incluirá los conceptos clara y fabricación artesanal, dos categorías que mantienen una tendencia de demanda creciente por parte del consumidor y la industria. Otras propuestas legislativas pendientes de su aprobación repercutirán en otros productos como las aceitunas de mesa, la sidra o las harinas.
La cerveza y bebidas de malta son uno de los productos alimenticios que se encuentran en la lista de espera de nuevas regulaciones que tiene que sacar adelante el nuevo Gobierno, según apunta José María Ferrer, responsable del departamento de Derecho Alimentario de AINIA centro tecnológico. Se trata de propuestas que se han notificado ya a la Comisión Europea y que una vez arranque la legislatura, es previsible que vean la luz en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
En concreto —señala Ferrer—, en breve se debería proceder a actualizar la norma de calidad de la cerveza y de las bebidas de malta, tanto en lo relativo a la denominación legal de la cerveza, como en lo referente a la elaboración de productos. De esta forma se armonizaría la regulación con el mercado y los consumidores aproximando el desarrollo de innovaciones tecnológicas, la evolución de los mercados y la modificación de las expectativas de los consumidores.
Norma de calidad ‘Clara’ y ‘cerveza artesanal’
Quizá, uno de los aspectos más esperados es el de la regulación de conceptos tan cotidianos como ‘clara’ y ‘fabricación artesana’, dos categorías que mantienen una tendencia de demanda creciente por parte del consumidor y la industria necesita una regulación clara y concreta para avanzar en estas líneas. La futura normativa establece que:
- Una clara es una “mezcla de cualquier tipo de cerveza con gaseosa, o con bebida refrescante aromatizada o bebida refrescante de zumos de frutas con carácter organoléptico exclusivamente de cítricos, en la que el porcentaje de cerveza sea superior al 50% o su graduación alcohólica sea superior a 0,5 por 100 en volumen”.
- Por su parte, la fabricación artesana se acota a la elaboración “mediante un proceso que se desarrolle de forma completa en la misma instalación y en el que la intervención personal constituye el factor predominante, bajo la dirección de un maestro cervecero o artesano con experiencia demostrable y primando en su fabricación el factor humano sobre el mecánico, obteniéndose un resultado final individualizado, que no se produzca en grandes series, siempre y cuando se cumpla la legislación que le sea aplicable en materia de artesanía”. Una buena noticia para las iniciativas de pequeñas y medianas empresas que buscan ofrecer un producto “artesano”.
Además, Ferrer espera que en breve se concreten otras propuestas legislativas que llevan más de un año pendientes de su aprobación y que repercutirán en subsectores tan relevantes en el ámbito alimentario, como el de las bebidas alcohólicas, las aceitunas y encurtidos o la producción de harinas, entre otros.
