La salmonelosis es una infección producida por la bacteria salmonella, que ocasionalmente está presente en la cáscara del huevo. Los síntomas habituales son fiebre, diarrea y dolor abdominal que aparecen entre seis y setenta y dos horas tras el consumo. El malestar dura de entre cuatro y siete días y las personas, generalmente, se recuperan sin tratamiento.
Sin embargo, hay algunos casos en los que la infección puede pasar del intestino a cualquier parte del cuerpo a través de la circulación sanguínea, convirtiéndose en una afección grave que requiere, en algunos casos, ingreso hospitalario y que, en situaciones extremas, puede llegar a provocar el fallecimiento.
Por ello, la Dirección General de Salud Pública de la Comunidad de Madrid ha querido recordar que en verano hay que extremar las precauciones para evitar las infecciones alimentarias que favorecen las altas temperaturas y, especialmente, la que provoca la bacteria salmonella, asociada fundamentalmente con alimentos preparados con huevos, como tortillas o mayonesas.
Recomendaciones para evitar la salmonelosis
Y, para ello, ofrece una serie de recomendaciones prácticas relacionadas con los propios alimentos, su conservación, y la higiene en su manipulación, recordando como primera regla que la prevención comienza en el hogar:
— Los huevos deben conservarse siempre en el frigorífico.
— En el caso de preparar tortillas, se debe proceder a un cocinado completo —cuajando su centro— y consumirlas inmediatamente, o bien mantenerlas refrigeradas hasta el momento de su ingesta, desechándola a los dos días.
— Con respecto a los establecimientos alimentarios, la normativa obliga al uso de huevos pasteurizados si no se cocinan completamente los alimentos.
— También es muy importante mantener los hábitos correctos en el manipulado de alimentos, como evitar cascar el huevo en el borde del plato que se va a utilizar para batirlo —la salmonella puede estar presente en la cáscara— y no servir la tortilla en el mismo plato que se ha empleado en su elaboración.
— Con respecto a las salsas y mayonesas, se recomienda elaborarlas con huevo pasteurizado o industrial y, en caso de utilizar huevo crudo, prepararla poco antes de su consumo, conservarla en el frigorífico y no guardar las sobras.
— En el caso de personas vulnerables —mujeres embarazadas, personas mayores, niños muy pequeños o personas con problemas de inmunidad— se desaconseja la ingesta de salsas caseras hechas con huevo crudo.
