La Academia Australiana de Ciencias (AAS) define el cambio climático como el cambio en las propiedades estadísticas del sistema climático —como los promedios, la variabilidad y los extremos— que persiste durante varias décadas o más, por lo general al menos treinta años.

De acuerdo con un reciente artículo publicado en la revista especializada Olive Oil Times, este cambio climático puede deberse a causas naturales o artificiales, de la mano del hombre. En el primer caso los cambios pueden ocurrir debido a procesos naturales, como los cambios en la radiación solar, la actividad volcánica o la propia variabilidad interna del sistema climático y, en el segundo supuesto se deben a determinadas actividades humanas que cambian la composición de la atmósfera y el suelo.

Pero, ¿a qué ritmo se produce este cambio? Según la National Aeronautics and Space Administration (NASA) la temperatura de la Tierra ha aumentado aproximadamente un grado Fahrenheit en los últimos 100 años, provocando que la nieve y el hielo se derritan y el volumen de los océanos aumente interfiriendo, incluso, en el proceso de crecimiento de ciertas plantas. Como se deduce, un cambio en el clima influirá también en los olivos, a pesar de su conocida resistencia.

«El cambio en los patrones de precipitaciones, así como fenómenos meteorológicos extremos como sequías, inundaciones y oleadas de calor, que cada vez se producen con mayor frecuencia y mayor intensidad, afectan a los cultivos y su producción, y a todo el agroecosistema del olivar. «Las temperaturas medias del aire han ido en aumento en las últimas décadas, especialmente durante el verano. Este aumento de temperatura, en combinación con períodos prolongados de sequía afecta, entre otros aspectos, a la fenología, la fisiología y la productividad de las plantas cultivadas, y más específicamente, a los olivos», asegura EM Kabourakis, director del Instituto de Viticultura, Floricultura y Cultivos de Hortalizas (IVFVC) de Grecia, en declaraciones a Olive Oil Times.

Las ventajas del olivar

La cuestión del cambio climático tiene muchas facetas para que haya un único enfoque en blanco y negro. Aunque el cambio climático tiende a activar nuestros sensores de pánico, hasta el punto de contemplar la posibilidad de encontrar nuevos planetas habitables, en realidad podrían existir algunas «cartas de triunfo» al cambio climático, de las que aún no somos conscientes.

En concreto, en lo que se refiere al crecimiento de los olivos, el cambio climático, en aspectos muy específicos podría resultar una bendición disfrazada, ya que podría ayudar a aniquilar uno de los enemigos más recurrentes de este árbol, la mosca del olivo aberrante o Bactrocera Oleae.

«En cuanto a la producción de aceitunas, esta posibilidad se refiere principalmente al efecto del aumento de las temperaturas veraniegas sobre la dinámica de población de mosca del olivo, la principal plaga del olivo y mayor causante de daños en la aceituna. Esto se debe a la sensibilidad que la mosca del olivo muestra a temperaturas superiores a 30 grados centígrados», asegura el investigador.

Estudios previos en el campo ya han confirmado que un promedio de 1,8 °C de subida en la temperatura mundial en el período de 1960-2050 impulsará el desarrollo de plantaciones de olivos, disminuyendo, al mismo tiempo, la tasa de supervivencia de la mosca de la fruta. La resistencia del olivo podrá soportar temperaturas más cálidas, pero la mosca de la fruta no lo hará. Este será el caso particular de la cuenca mediterránea, donde se cultiva el 97% de los olivos a nivel mundial, y donde se espera que el cambio climático a largo plazo pueda aumentar la producción en un 4,1%, beneficiando especialmente a los países del norte de África, y perjudicando a los del Mediterráneo Oriental y Oriente Medio.

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El cambio climático podría resultar beneficioso para el olivar
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El cambio climático podría resultar beneficioso para el olivar
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El cambio climático podría resultar beneficioso para el olivar, ya que podría ayudar a aniquilar uno de sus enemigos más recurrentes, la mosca del olivo aberrante o Bactrocera Oleae.
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