La Jornada #Anticipa2, que se celebraba ayer jueves en la sede del MAGRAMA, se centró en el conocimiento de las tendencias y macrotendencias del consumo alimentario identificadas a través de tres proyectos: uno de ellos basado en una herramienta para detectar hábitos emergentes; otro proyecto de colaboración con el consumidor para la innovación alimentaria; y un tercero basado en una nueva investigación que disecciona los cambios sociales, económicos, tecnológicos y políticos que influyen en el consumo.

En la jornada se contó con la presencia de Belén Barreiro, directora de MyWord, creadores de Mikroscopia. Se trata de una herramienta que permite detectar microtendencias y hábitos emergentes de vida y consumo. La investigación, de carácter anual, se basa en una encuesta representativa de la población residente en España, que ofrece claves para entender la sociedad actual, anticipando quiénes liderarán el consumo.

En el sector de alimentación y bebidas, Mikroscopia detecta hábitos emergentes que conllevan oportunidades y riesgos para el sector. Las principales microtendencias detectadas que se han puesto de manifiesto son la aparición de huertos urbanos, el incremento lento pero constante de la dieta vegetariana, así como la aparición de nuevos consumidores, que están transformando las decisiones de compra, como las ‘madres alfa’, mujeres educadas en puestos de responsabilidad, o el ‘consumidor desafecto’, nacido de la crisis económica.

Cazadores de tendencias

En segundo lugar la responsable del Observatorio de tendencias e innovación de AZTI-Tecnalia, Sonia Riesco ha presentado el proyecto The Food Mirror, inteligencia colectiva y colaboración con el consumidor para la innovación alimentaria. Un modelo basado en el conocimiento colectivo y la colaboración con los consumidores para promover la innovación alimentaria cuyo carácter diferencial reside en la creación de la primera comunidad global de food trend trotters (cazadores de tendencias alimentarias a pie de calle).

Este proyecto favorece una mayor conexión entre el mundo de la empresa y los consumidores, que se convierten en prescriptores y promotores de la innovación alimentaria, lo que revierte en innovaciones de valor para el consumidor y rentables para la empresa. En este sentido se ha subrayado la importancia de la innovación como elemento clave de competitividad, que debe aportar valor al consumidor. Para enfocarla con éxito, The Food Mirror permite identificar tendencias y proyectar las demandas de los consumidores en nuevos alimentos ‘espejo’ en los que éstos se sienten reflejados.

Cambios sociales

También se ha planteado a las empresas agroalimentarias la iniciativa Gastrotendencias 2: alimentación, turismo y diseño en la era de los millennials. Esta nueva investigación, presentada por Granada Barrero, de Surgenia, disecciona los cambios sociales, económicos, tecnológicos y políticos que influyen en el consumo, la producción y comercialización de productos agroalimentarios.

A partir de este análisis se detallan los cambios en la estructura de las familias a tener en cuenta por las empresas para diferenciar sus productos, así como las herramientas del diseño útiles —materiales, formatos de envase, colores, tipografías, estilos de imágenes, mensajes, etc.— para conectar con las nuevas tipologías de consumidores detectadas: primitistas, mixturales, elaboradores, supervivientes, ensoñadores, supersanos e irreprochables. De esta forma, desde tres puntos de vista diferentes las empresas agroalimentarias podrán conectar con las nuevas tipologías de consumidores y aprovechar las oportunidades que el futuro ofrece al sector.