El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente acaba de editar el número 2 de la publicación Análisis y Prospectiva – serie pesca, titulado “Contribución del sistema pesquero-alimentario a la economía española: una aproximación”, un informe en el que se estima que el Valor Añadido Bruto de este asciende a 6.133 millones de euros, un 0,63% del PIB total de la economía.
Por fases, la contribución de la pesca y el sector pesquero alimentario sería la siguiente:
- Un 33,8% corresponde a la distribución comercial
- El 22,4% a la industria de insumos y servicios
- 16,3% a la pesca marina y la acuicultura
- 16,8% a la industria del pescado
- 10,7% al transporte de productos de la pesca y pesquero-alimentarios
La estimación corresponde a 2009, fecha condicionada por la disponibilidad de algunas estadísticas necesarias para realizar los cálculos. Al agregar estos datos al Valor Añadido Bruto del sistema agroalimentario, resulta un VAB de 87.700 millones de euros, que supone el 9% del PIB.
El empleo estimado para el total del sistema pesquero-alimentario se cifraría en un mínimo de 149.000 personas en el año 2011. Estos datos, junto con los obtenidos para el sistema agroalimentario, suman más de 2.487.000 empleos generados por el sistema agro-y pesquero alimentario en España.
Metodología del estudio
El sistema pesquero-alimentario estaría formado por el sector pesquero (pesca marina y acuicultura), la industria del pescado y las actividades intrínsecamente ligadas a ellas en el ámbito industrial, de servicios, transporte, almacenamiento y distribución, hasta hacer llegar los productos al consumidor final. A lo largo de la cadena, estas actividades, en su relación y dependencia con respecto a la producción de alimentos de la pesca, generan valor económico y empleos. Esta creación de riqueza es susceptible de ser cuantificada y analizada como contribución del sistema pesquero-alimentario a la economía española.
El enfoque metodológico plantea un cálculo del valor añadido por fases del sistema pesquero-alimentario, y allí donde no exista un dato disponible de valor añadido, se trabaja con el agregado económico más cercano, normalmente la facturación, para estimar aquel valor por aproximación.