El roscón de Reyes es uno de los postres navideños más típicos y tradicionales de Madrid, y este año, las cerca de seiscientas pastelerías artesanas existentes en la Comunidad de Madrid venderán en estas fiestas más de 2,6 millones de unidades de este popular dulce.
Así lo estiman desde la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de la Pastelería de Madrid (ASEMPAS), cuyos responsables destacan que la adaptación a las nuevas tendencias de consumo ha hecho que en los últimos años se haya incrementado la venta de medidas más pequeñas de roscón de Reyes —las piezas de 500 gramos son las más demandadas— con tamaños y pesos más adecuados a todo tipo de familias y hogares.
A esto se une también la reducción en la proporción de azúcar empleada y la elaboración de piezas pensadas para las personas con algún tipo de intolerancia, como roscones sin gluten, sin lactosa… En cuanto a las preferencias, más del 50 % de la población elige el roscón relleno de nata o trufa, y cada año se constata la creciente tendencia por adquirir roscones de Reyes elaborados artesanalmente, sin conservantes ni otros añadidos, y consumido unas horas después de su elaboración y compra, lo que viene a significar que cada día se demanda más lo artesano y de mejor calidad.
Finalmente, en cuanto al precio, el incremento respecto al pasado año es de un 9 % de media, aunque desde ASEMPAS explican que “sin poder aplicar al precio final del total de los costes de las materias primas, costes laborales, energía haciendo así que vea mermado el beneficio de las empresas de pastelería artesana madrileña”.
Roscones de Reyes
El Roscón de Reyes es un bollo o pan dulce en forma circular o de rosca, elaborado con agua de azahar y decorado con frutas confitadas y azúcar que tradicionalmente se consume el día 6 de enero, festividad del Día de Reyes. Puede ir sin relleno o con relleno, normalmente con nata o trufa o algún otro relleno que es solicitado a cada pastelería.
Las frutas confitadas o cristalizadas de colores —que pueden, o no, ir acompañadas de azúcar pulverizada—, representan según la leyenda las joyas de las coronas de los Reyes magos, y a veces se incluye también un haba seca que, según la tradición, “a la persona que la encuentra le toca pagar el roscón”.
