La apicultura, además de tener importancia dentro de la economía de las zonas rurales, es fundamental para el equilibrio ecológico y es la base para la conservación y la diversidad de las plantas que dependen de la polinización, tanto las de las cultivadas como de otro tipo, contribuyendo a regenerar la cubierta vegetal, ayudando a la conservación de especies vegetales en peligro y a mantener la diversidad de vida animal.
En esta línea, la Comunidad de Madrid aprobó el pasado jueves un Decreto que establece la normativa reguladora de la actividad apícola de la Región para ampliar las posibilidades de establecimiento de nuevas colmenas y evitar la presencia de explotaciones no censadas.
El decreto marca las normas básicas de ordenación sanitaria y zootécnica de las explotaciones apícolas y simplifica la legislación existente, minimizando las cargas administrativas y adaptando la legislación madrileña a las exigencias de la nacional y europea. La legislación aprobada refleja tanto las necesidades de los apicultores profesionales como la regulación que se debe aplicar a los aficionados a la apicultura.
Las nuevas normas
El decreto que aprobado por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid recoge, entre otros puntos:
- Todas las explotaciones apícolas con colmenas con domicilio social en Madrid deberán estar inscritas en el nuevo Registro de Explotaciones Apícolas de la Comunidad que crea este decreto.
- Cada colmena deberá contar con un código identificador y respetar las distancias entre colmenares, buscando así aumentar la seguridad jurídica de los apicultores frente a las colmenas no declaradas.
- Se hace hincapié en la seguridad para el ser humano de los productos alimenticios que se obtengan, con un registro de los alimentos y medicaciones suministradas y los resultados de los análisis que se realicen, según la normativa comunitaria.
- Se marca la obligación por parte del apicultor de señalizar en los lindes del colmenar y en lugar visible la proximidad de las colmenas con un cartel advirtiendo de su proximidad. En este letrero además del aviso deberá figurar el número de Registro del titular de la explotación.
- Se regula la distancia mínima entre colmenares que agrupen más de 26 colmenas, que irá en aumento según el número de colmenas de la explotación y las próximas, buscando así mantener el equilibrio en la polinización del territorio en el que se asientan y, por lo tanto, su equilibrio ecológico, y las posibilidades de establecer nuevas colmenas.
Miel de Madrid
La Comunidad de Madrid cuenta con 9.479 colmenas dedicadas tanto a producción de productos apícolas como a la cría y reproducción de abejas o situadas en centros educativos o divulgativos, como granjas escuela o facultades. La mayoría están distribuidas en la Sierra Norte y en la Cuenca Alta del Manzanares.
En la región están registrados 229 apicultores, 16 de ellos con más de 150 colmenas, por lo que están consideradas como profesionales, 3 de ellas con inscripción en el Comité de Agricultura Ecológica. La mayoría de los apicultores madrileños lo son a tiempo parcial, sin fines económicos y comercializan sus productos de forma directa. La producción de las explotaciones apícolas de la Comunidad de Madrid es de 167 toneladas de miel y de 15.000 kilos de cera al año. La mayoría de las explotaciones son para autoconsumo, esto es, tienen menos de 15 colmenas.
