Comienza una nueva vendimia en el Marco de Jerez que este año augura unos altos niveles de calidad aunque, debido a la práctica ausencia de lluvias a lo largo de la temporada, se espera una disminución que se cifra entre un veinte y un veinticinco por ciento del volumen cosechado.
Y es que algunas de las treinta y dos bodegas inscritas este año en el Consejo Regulador de la DO Jerez-Xérès-Sherry ya han iniciado las labores de corta y molturación de uva para la elaboración de vinos amparados por esta Denominación de Origen andaluza.
Se trata fundamentalmente de lagares de grandes bodegas, que están procesando uva de viñedos situados en el interior, que es siempre la primera en alcanzar los niveles suficientes de madurez. En cuanto a los viñedos de la costa, no se prevé que empiecen a vendimiarse hasta finales de mes, momento en el que ya se podrá decir que la vendimia se ha generalizado.
La cosecha en Jerez
Una cosecha que, como cada año, se encuentra muy condicionada por la climatología y que en esta ocasión se va a ver afectada fundamentalmente por dos circunstancias distintas: por una parte, se ha tratado de un año muy seco, en el que se han recogido apenas 400 litros por metro cuadrado —frente a la media anual superior a 600— caídos, además, casi exclusivamente durante el otoño y principios del invierno, mientras que la primavera ha sido extremadamente seca. Y, por otra parte, este verano ha sido uno de los más frescos que se recuerdan en la zona, con temperaturas inusualmente bajas durante el mes de julio, prácticamente sin días de levante —viento del este— y sí importantes blanduras o rociadas nocturnas de poniente, que han contribuido a hidratar el fruto y mitigar el descenso en volumen.
Como consecuencia de todo ello se han producido algunos brotes puntuales de pudrición y de oidium en viñedos de la costa, que han sido controlados a tiempo. En cualquier caso, la tónica general en la uva que está entrando ya en los lagares es la de un nivel de sanidad alto y, a pesar de la meteorología, unas graduaciones considerables, en algunos casos en el entorno de los 12 ºBaumé. Las suaves temperaturas desde el momento del envero han propiciado una maduración muy lenta de la uva, lo que en algunas de las muestras tomadas en los viñedos del interior se traduce en unos niveles de acidez inusualmente altos. Ello representa un potencial importante en términos de calidad, que deberá irse confirmando a lo largo de las próximas semanas, en la medida quela uva vaya entrando en los lagares de forma masiva.
