Los consumidores españoles se encuentran en el tercer puesto europeo en cuanto a su confianza en los complementos alimenticios, solo por detrás de los italianos y los neerlandeses, y en el mismo nivel que los consumidores alemanes.
Al menos así lo recoge un estudio llevado a cabo recientemente por la compañía internacional de investigación de mercados Ipsos para Food Supplements Europe (FSE) —entidad que representa los intereses del sector europeo de complementos alimenticios— a partir de una encuesta realizada a 13 200 consumidores en 14 países de la Unión Europea acerca del uso de complementos alimenticios.
Además de la frecuencia de consumo, el informe también analiza los complementos más populares, los motivos de consumo, las fuentes de recomendación, el canal de venta, la confianza o la comprensión del etiquetado por parte de las personas que recurren a estos productos. A nivel global el 88 % de ciudadanos europeos ha tomado un complemento alimenticio en algún momento de su vida y el 93 % de este grupo lo ha hecho en el último año. Los más demandados son la vitamina D, la vitamina C y el magnesio, aunque en el caso concreto de España el consumo de vitamina D se encuentra por debajo de la media europea. La principal razón para su consumo es mantener una buena salud general, seguida del mantenimiento de la salud del sistema inmunitario y de otros factores como el incremento de la energía, el cuidado del pelo o las uñas y la mejora de la salud digestiva y cardiovascular.
Los complementos alimenticios y en España
Analizando los datos específicos para España, los más destacados son:
Respecto al nivel de confianza, nuestro país se sitúa por encima de la media europea, ya que el 72 % de los consumidores confía en la información que proporciona la industria de complementos alimenticios, una cifra que solo es superada por Italia (85 %) y Países Bajos (76 %) e igualada por Alemania.
En cuanto a la fuente de información, la principal es, a nivel europeo, la que viene de la mano de los profesionales de la salud como médicos y farmacéuticos. En el caso concreto de España, se acude a ellos en mayor medida que la media global (88 % vs 71 %) y tras la búsqueda de recomendaciones por parte de los sanitarios, se sitúan las de personas cercanas al usuario y las búsquedas en Internet.
La recomendación de un médico es la primera opción para que el 46% de estas personas se plantee consumir complementos alimenticios, una confianza que aumenta en gran medida en nuestro país, que lidera la lista, con un 63% de los encuestados.
En lo que se refiere a las consideraciones a la hora de elegir un complemento alimenticio, al igual que sucede en Europa, en nuestro país la relación calidad/precio, la recomendación de una persona de confianza y la forma de consumir estos productos —cápsulas, polvos, gominolas…— son los factores que más se tienen en cuenta.
Otros datos como la posibilidad de reciclar el envase contenedor de los complementos suponen también un hecho a tener en cuenta en España, ya que un 55 % de personas lo considera importante, superando el 50 % obtenido en los resultados globales.
Los canales de venta principales de estos productos en España son las farmacias (61 %) y las herboristerías (23 %), aunque las empresas de comercio electrónico han experimentado un gran crecimiento en este sector, de modo que un 20 % los consumidores españoles acuden a este sistema para adquirir sus complementos, mientras que la media europea tan sólo se sitúa en el 8 %.
Y finalmente respecto a quienes no han tomado nunca un complemento alimenticio, el 45 % no lo ha hecho porque no siente la necesidad, mientras que el 31 % considera que es capaz de obtener todos los nutrientes que su cuerpo necesita mediante la dieta. Otras razones son la incomodidad de ingerir pastillas o su elevado coste.
