El otoño en Cantabria está en su mejor momento: paisajes de ocre y rojo, suaves temperaturas, época de vendimia, recolección de frutos y setas, tiempo de matanza… una época especialmente indicada para los paseos por bosques, las comidas de cuchara y, en general, para disfrutar de las variadas posibilidades que ofrece toda la región.

Como por ejemplo, la Fiesta del Orujo que se celebra tradicionalmente cada año el segundo fin de semana de noviembre en la privilegiada localidad de Potes, situada a los pies de los Picos de Europa, en esta ocasión del 7 al 9 de noviembre. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional esta sabrosa cita congrega cada año a miles de visitantes para degustar este rico y singular licor, el aguardiente lebaniego.

Y esta edición llega con un amplio y variado programa de actividades, más de una docena de actos y la participación de alrededor de una treintena de agrupaciones, asociaciones, artistas y cofradías. Entre las propuestas para este año destacan los dos actos centrales de la fiesta: la proclamación del popular periodista Carlos Herrera como Orujero Mayor (sábado 8, a las 18:00) y la entrega de la Alquitara de Oro, otorgada por la Consejería de Innovación, Industria, Turismo y Comercio del Gobierno de Cantabria, al mejor orujo del año (domingo, 9, a las 12:30).

Alubia y hortaliza

O como la Feria de la Alubia y la Hortaliza, que tendrá lugar el próximo domingo 16 de noviembre en la localidad de Casar de Periedo, muy cerca de Cabezón de la Sal, declarada Fiesta de Interés Turístico de la Comunidad Autónoma de Cantabria y en la que participan muchos de los mejores elaboradores de productos artesanos de la región. Más de 80 puestos de venta de alubias, hortalizas, quesos, miel, harina de maíz, orujo, vino, anchoas, etc. y 70 puestos de artesanos de la madera, piedra, cuero, cerámica, lana, rastrillos, yugos, albarcas, encaje bolillos, rabeles, etc..

Pero además, el otoño es tiempo de castañas en los bosques de Cantabria, cuando los frutos ya se encuentran maduros y listos para ser recolectados. Las castañas asadas en las fiestas populares conocidas como ‘magostas’ son una tradición en muchos pueblos cántabros. La más conocida es la de la localidad de Coo, en Los Corrales de Buelna, donde además de las castañas se degustan unos dulces llamados ‘carboneras’, elaborados por las mujeres del municipio.

Liébana

Y una vez en el Valle de Liébana, la zona ofrece una gastronomía bastante diferenciada de otras zonas de la región, con quesos como el Picón Tresviso-Bejes, con denominación de origen, y los quesucos como los ahumados de Áliva, los de cabra u oveja. También son típicos los perniles, jamones de cerdo curados al frío, el borono, una especie de morcilla hecha con sangre de cerdo o cordero mezclada con harina de maíz y manteca, y los embutidos de cerdo, jabalí y venado.

El plato típico es el cocido lebaniego, elaborado con los pequeños garbanzos que se cultivan en las huertas de la comarca, acompañados de verduras, carne de cerdo y relleno, una masa de pan y huevo. Las carnes de vacuno, cordero y cabrito guisadas o, simplemente, asadas, son manjares de las mesas lebaniegas. La miel, los postres caseros y un té del puerto con orujo completan una sabrosa y típica comida.