Casi un millar de catadores voluntarios han vuelto a ser los encargados de elegir este fin de semana, entre 218 muestras de 80 bodegas, a los ganadores de la edición de 2016 de los Premios Envero que reconocen los mejores vinos de la Ribera del Duero.
Pago de Ina 2011, de Bodegas Pago de Ina se ha convertido en el triunfador de la decimonovena edición de los Premios Envero —que organiza el Ayuntamiento de Aranda en exclusiva para los vinos elaborados dentro de la Denominación de Origen Ribera del Duero—, al alzarse con el galardón de la categoría de Vinos de Alta Expresión.
Tamaral Reserva 2011, de Bodegas Tamaral ha sido seleccionado como mejor Reserva. Tudanca Crianza 2012, de Bodegas Tudanca y 912 de Altitud Tierra Arcillosa 2014, de Bodegas Veganzones han obtenido el máximo reconocimiento entre los Crianzas y los Jóvenes Roble, mientras que el premio en la categoría de Tinto Joven ha recaído en Joven de Silos 2015 de Cillar de Silos. Cierra el palmarés Rosa de Arrocal 2015 de Bodegas Arrocal, que un año más ha conseguido el mayor reconocimiento entre los rosados.
Además, el Ayuntamiento de Aranda de Duero ha decidido conceder el Premio Envero de Honor 2016 a Benjamín, Manuel y Adolfo Pérez Pascuas, fundadores de la Bodega Hermanos Pérez Pascuas.
En su edición de 2016, los Premios Envero han recibido 218 vinos elaborados por 80 bodegas adscritas a la Denominación de Origen Ribera del Duero. Por categorías, la que más referencias ha presentado a concurso es la de Joven Roble, con 53 participantes, seguida por Crianza, con 47 y Alta Expresión, con 40 vinos en liza. El jurado ha tenido que discernir, además, entre 32 Rosados, 21 en la categoría de Tinto Joven y 26 entre Reservas y Gran Reserva.
Jurado popular
Por tercer año consecutivo, ha sido un jurado popular constituido por un millar de catadores voluntarios el que ha decidido los mejores Ribera del Duero 2016. En veinte días se cubrieron las mil plazas que se ofertaron para convertirse en los improvisados sumilleres que, dirigidos por los presidentes de mesa, también voluntarios pero que han acreditado unos mínimos conocimientos enológicos, han designado a los vencedores de los Envero.
Estadísticamente, el análisis de los inscritos arroja que cuatro de cada diez catadores ya habían participado en alguna convocatoria anterior de este certamen enológico. Además, entre los participantes, el 18% se califica como experto, el 69% se conforma calificándose como “amante del vino” y el 13% restante se reconocen como “no iniciados” en este sector.
Respecto a su origen, la capital ribereña y su entorno sigue siendo el principal nicho de ‘catadores voluntarios’ aportando el 29% de los jurados. Madrid, Valladolid y Burgos, con el 19, 12 y siete por ciento, son las siguientes localidades con mayor presencia en la cita. Por último, el 9% provienen del resto de Castilla y León y el 23% del resto de España. Además, hay que destacar que uno de cada cien participantes es extranjero.
