En los últimos veinte años los pequeños municipios españoles con menos de 2000 habitantes con actividad en el sector vitivinícola han incrementado un 36 % su población, mientras que en localidades con este mismo número de habitantes, pero en los que no hay viña, la población ha descendido un 10 %.
Es una de las principales conclusiones que se extraen del estudio La relevancia económica y social del sector vitivinícola en España 2023 realizado por la Interprofesional del Vino de España (OIVE), que destaca la importancia del sector vitivinícola español como un factor determinante contra la despoblación en el medio rural.
El sector vitivinícola como dinamizador del medio rural
Los principales datos y conclusiones que ofrece este estudio son:
- España es uno de los principales exponentes mundiales del sector vitivinícola. La superficie de viñedo ronda el 13 % de la total mundial, 930 000 hectáreas, y se sigue incrementando la superficie dedicada a la producción ecológica, que ya supera las 142100 hectáreas e involucra a más de 1300 bodegas y embotelladoras.
- La producción de vino superó los 36,4 millones de hectolitros en 2022, aunque se sitúa un 5 % por debajo de la media anual del último lustro. Más allá del ligero descenso de la superficie de viñedo (-1,8 % entre 2018 y 2022), las condiciones climatológicas son uno de los factores explicativos de la menor producción.
- La cadena de valor vitivinícola ha contribuido a generar más de 20 330 millones de euros de valor añadido bruto total en la economía española, incluyendo el efecto arrastre de la viticultura y la elaboración y comercialización del vino sobre otros sectores suministradores de bienes y servicios, así como el efecto inducido derivado del aumento de las rentas de los agentes (principalmente rentas del trabajo y excedentes) que impacta en el consumo.
- Se estima que las actividades vitivinícolas contribuyen a la creación y mantenimiento de más de 363 980 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en España, en torno al 2 % del empleo nacional.
- En la viticultura (sector primario) más de la mitad (59 %) de las mujeres empleadas son familiares del jefe de la explotación. Y solo 3 de cada 10 titulares y jefes de explotación son mujeres, aunque su peso se ha incrementado en 2,5 y 12,2 puntos porcentuales, respectivamente, entre 2009 y 2020. Asimismo, en este periodo se ha incrementado en 7 p.p. el peso de las mujeres dentro de los jefes de explotación que poseen formación (hasta el 20 % en 2020), aunque todavía existe una amplia diferencia entre géneros en cuanto a la representatividad de perfiles de jefes de explotación con formación (solo el 17,7 % de las mujeres cuenta con formación, frente al 30,2 % de los hombres).
- A pesar de lo anterior, dentro de la formación especializada en vitivinicultura y enología, se observa una mayor presencia de la mujer en niveles educativos superiores: al menos la mitad de los matriculados en grado y máster en enología, en España, son mujeres. Por lo tanto, sí se está generando talento femenino susceptible de incorporarse en el eslabón industrial (elaboración de vino), en puestos de trabajo cualificados y con condiciones laborales que resultan también atractivas para las mujeres. Actualmente, en el conjunto de asalariados de las bodegas españolas, las mujeres representan en torno al 30% del total.
- En relación con la importancia de la vitivinicultura en las dinámicas poblacionales dentro del ámbito rural, se trata de una actividad intrínsecamente ligada al territorio, que exige cierta dedicación a lo largo de todo el año y cuyo proceso productivo tiene un marcado componente local, favoreciendo la fijación de población y la generación de actividad económica en las zonas en las que se localiza el cultivo de la vid que conforma un tejido muy atomizado, en el que la mayoría de las explotaciones vitivinícolas son de reducida dimensión.
- En paralelo, la vitivinicultura permea el conjunto del territorio nacional: en todas las comunidades autónomas y en más del 40 % de los municipios españoles está presente el cultivo de la vid, en sus diferentes variedades.
- En los municipios de menor dimensión, el reto demográfico se hace patente. Sin embargo, al observar el comportamiento demográfico entre los años 2002 y 2022 en los municipios de menos de 2000 habitantes, se constata que aquellos con especialización vitícola (> 50 % de su superficie agrícola dedicada al cultivo de la vid) han incrementado su población, mientras que el conjunto de municipios de pequeño tamaño ha perdido un 10 % de habitantes.
- Por último, el sector vitivinícola es un destacado embajador de España en el exterior y un positivo contribuidor a la balanza comercial española. El superávit comercial del sector superó los 3000 millones de euros en 2022, situándose en niveles récord, gracias a la actividad exportadora de más de 4300 empresas.
Resumen

Título
El sector vitivinícola como dinamizador del medio rural
Descripción
En los últimos 20 años los pequeños municipios con menos de 2000 habitantes con actividad vitivinícola han incrementado un 36 % su población, mientras que en localidades con este mismo número de habitantes, pero en los que no hay viña, la población ha descendido un 10 %.
Autor
Diario de Gastronomía