El Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) saca a la venta mediante subasta veintidós silos —construcciones diseñadas para almacenar grano y otros materiales agrícolas a granel— de su Red Básica de Almacenamiento Público, ubicados en las Comunidades de Andalucía, Aragón, Castilla y León, Extremadura y Madrid.
Así figura en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de hoy lunes, 12 de septiembre, que publica las convocatorias para la venta de veintidós unidades de su Red Básica de Almacenamiento Público (silos), situadas en las provincias de Badajoz, Burgos, Granada, Huesca, León, Madrid, Segovia, Soria, Valladolid y Zaragoza, mediante el procedimiento de subasta al alza con presentación de ofertas en sobre cerrado.
El periodo para la presentación de ofertas comenzará mañana, 13 de septiembre, y finalizará el próximo 20 de octubre de 2022, mientras que la subasta está previsto que se celebre el próximo 3 de noviembre, en la sede del FEGA. Para participar es necesario, entre otros requisitos, constituir una garantía por el 5 % del precio de tasación. Se prevé la celebración de hasta cuatro subastas para cada silo, con un porcentaje de reducción del precio de salida de una subasta a otra. Los adjudicatarios tendrán la posibilidad de aplazar hasta un máximo de diez años el pago, en cuyo caso el primero de los pagos será de al menos un 10 % del precio de adjudicación.
Los silos. Un poco de historia
La historia de estas edificaciones se inicia entre 1945 y 1986, cuando los organismos predecesores del FEGA —Fondo Español de Garantía Agraria, perteneciente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación— construyeron hasta 663 silos y 275 graneros, con una capacidad total de casi 2,7 millones de toneladas. Posteriormente, y debido a las transferencias en materia agrícola que se fueron realizando a las comunidades autónomas a finales del siglo pasado, se les transfirieron la mayoría de los silos construidos, aunque quedaron en propiedad del FEGA una Red Básica de Almacenamiento Público, con noventa y ocho unidades.
En 2014, el FEGA decidió enajenar estos silos, ya que su utilización no resultaba necesaria para el uso público para el que fueron creados, como consecuencia de la progresiva reducción de la intervención de productos agrícolas en el seno de la Unión Europea. Además, la enajenación de estas infraestructuras facilitaba su utilización para otros fines, con la consiguiente creación de empleo y la reactivación de la economía de las zonas rurales en las que se ubican. Durante estos seis años, el FEGA ha vendido treinta y tres silos, de los que veintisiete han sido, efectivamente, comprados por sociedades ligadas a la agricultura, lo que ha contribuido a la reactivación de estas instalaciones para su propósito de construcción original, como el almacenamiento de productos agrícolas, lo que ha contribuido al sostenimiento de la actividad agraria de estos territorios.
