La trashumancia, una tradición milenaria para aprovechar recursos naturales favoreciendo el bienestar animal de las cabañas de ganado al buscar las regiones con los mejores pastos en cada estación aborda este año una situación en la que las alertas sanitarias impiden la celebración de las fiestas de la trashumancia que habitualmente ponen el foco mediático y social en esta actividad, al menos una vez al año.
Unas fechas, a mediados de octubre, en las que habitualmente se estaría festejando la vuelta de las ganaderías de los pastos de verano mediante esta actividad, la t trashumacia, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial, uno de los ejemplos más arraigados en nuestro patrimonio cultural a la hora de buscar el aprovechamiento de recursos naturales.
Y es que, sin la trashumancia, los pastos que crecen en montes y llanuras no serían aprovechados por las cabañas, lo que provocaría un abandono que está directamente relacionado con la proliferación de incendios forestales y la pérdida de la biodiversidad que fomenta el trasiego de los rebaños. Pero el abandono de los oficios tradicionales del ámbito rural cada vez más está suponiendo una dificultad a la hora de encontrar pastores que sigan manteniendo viva la trashumancia, con todos los beneficios que ésta reporta a las economías de la España Vaciada y al medio ambiente.
Buscando soluciones para mantener la trashumacia
Por ello, diversas entidades están trabajando de manera activa en la búsqueda de soluciones de la mano de las nuevas innovaciones tecnológicas, que han puesto el alcance de la trashumancia unas herramientas muy valiosas para su supervivencia: la implementación de alterativas al recorrido a pie, el desarrollo de dispositivos con tecnología GPS para el permanente posicionamiento de las ovejas o la utilización de drones de seguimiento son algunas de las innovaciones que el avance de las nuevas tecnologías ha puesto al alcance de los pastores del siglo XXI.
En este sentido, el Grupo Operativo Ovinnova —liderado por instituciones medioambientales y sectoriales, con el apoyo de las administraciones estatal y comunitaria— ha establecido líneas de trabajo para sentar las bases para la mejora de la competitividad del pastoreo trashumante, planteando la creación de un nuevo modelo de negocio de prestación de servicios ganaderos viable, productivo, competitivo y que, además, contribuya a preservar la biodiversidad. La trashumancia, como método de ganadería extensivo, ocupa un lugar destacado por su capacidad de asegurar un fenómeno ecológico, económico y sociocultural.
Desde esta plataforma se han planificado para los años 2020 y 2021 actividades de asistencia administrativa y logística a las ganaderías trashumantes, así como acciones de formación, investigación, conservación de hábitats y uso de nuevas tecnologías, tanto en las zonas receptoras como en las emisoras de ganado, fundamentalmente la cordillera Cantábrica y las dehesas del sur.
Las cañadas que recorren la geografía española para permitir el recorrido de los rebaños son una de las joyas del patrimonio natural de la Península Ibérica, y su utilización por los pastores es la mejor forma de asegurar su futuro. Incrementar el consumo de carnes de lechal, cordero y ovino de origen europeo es una de las formas de fomentar la actividad ganadera, un consumo consciente que permite disfrutar de la excelencia de un producto nutritivo y equilibrado mientras se contribuye activamente a la conservación natural. En este sentido, la Interprofesional del sector, Interovic, con el apoyo de la Unión Europea, ha puesto en marcha una completa agenda de actividades dirigidas a fomentar el conocimiento del pastoreo tradicional y los beneficios sociales, culturales, económicos y medio ambientales que implica el consumo de estas carnes.
