El Langostino de Vinaròs, comercializado por las cofradías de pescadores de la provincia de Castellón, podría contar en un futuro próximo con la figura de calidad europea de Denominación de Origen. En la localidad castellonense se está trabajando desde hace varios años para poder implantar esta figura de Denominación de Origen o la de Producto de Calidad.
De hecho, el Instituto de Calidad Agroalimentaria Valenciano, dependiente de la Conselleria de Agricultura de la Generalitat Valenciana, ha dictaminado favorablemente y recomendado la posibilidad de que los langostinos capturados en los puertos de la provincia de Castellón —Vinaròs, Benicarló, Peñíscola, Castellón y Burriana— lo hagan bajo la marca ‘DO Langostino de Vinaròs’.
Por su parte, las cofradías de pescadores de toda la provincia están de acuerdo en aceptar la denominación de origen Vinaròs para todas las capturas que se realicen en este ámbito territorial. Por lo tanto, el Ayuntamiento de Vinaròs ha trasladado ya al Instituto de Calidad Agroalimentaria Valenciano la necesidad de crear un órgano en el que estén representadas todas las partes, a través del cual se dé forma a la reglamentación en la que se base esta denominación de origen, que finalmente tendría que ser aprobada por la Comisión Europea.
Un producto único
En la costa de Vinaròs existen abundantes y ricos caladeros que ofrecen gran variedad de pescados y mariscos. El pescado de este litoral es capturado por una flota artesanal con métodos respetuosos que garantizan el equilibrio ecológico de las preciadas reservas pesqueras de la zona, garantizando así que el producto llega al mercado cada día en unas condiciones óptimas de frescura y calidad.
Las aguas de baja salinidad del litoral y un clima suave y atemperado durante todo el año forman una particular combinación que da lugar a una elevadísima calidad en el langostino de Vinaròs. De aspecto, es increíble, tanto por la elegancia y sutileza externas, como por su carnosidad. Un producto incomparable y único con una producción limitada y localizada en el litoral mediterráneo de aguas transparentes que va desde el Delta del Ebro hasta Peñíscola.
El langostino de Vinaròs presenta un tamaño que puede llegar hasta los 20 centímetros en los ejemplares grandes, y con un grosor muy considerable. Su color fluctúa entre los rosáceos y los marrones, con una serie de bandas transversales en su abdomen; en su cola se aprecian unas tonalidades que recuerdan a la bandera republicana, unos tonos que se ven matizados por el brillo de su frescura, que le proporciona reflejos de color naranja vivo. Físicamente tiene unas características distintivas, la carnosidad y fuerza de su cuerpo.
En cuanto a su sabor, puede afirmarse que se trata de uno de los langostinos más sabrosos de la Península. La delicadeza de su sabor se debe a la riqueza de alimentos de las aguas de esta costa, enriquecidos por los depósitos del río Ebro, que confieren a sus carnes unas características organolépticas especiales.
