Si a mediados de 2016 eran 4.300 las terrazas existentes en Barcelona, actualmente son casi 5.000 las instaladas, lo que significa que el sector de la restauración de la capital catalana ha aumentado un quince por ciento el número de locales con terrazas en este año 2017.
Según un reciente informe elaborado por la Asesoría en inversión inmobiliaria Laborde Marcet, el sector aumentará un 20% su facturación este verano respecto al de 2016 debido a la reactivación de la economía local y a la mayor afluencia de turistas, pese a que desde 2015 se hayan cerrado un 14% de las terrazas de la ciudad, lo que ha supuesto una pérdida de cerca de 11.500 mesas.
En este sentido, más de cuatro de cada diez establecimientos de alimentos y bebidas de la ciudad dispone de una terraza que deberá cumplir con los requisitos que incluirá la Ordenanza municipal en materia de terrazas. Por distritos, Ciutat Vella, Eixample, Sant Martí y Nou Barris son los que más establecimientos de este tipo aglutinan, y serían los principales afectados por los cambios que se puedan introducir desde el consistorio.
“El sector de la restauración es uno de los principales motores económicos y empresariales de Barcelona. Por eso es muy importante que la problemática existente entre los diferentes agentes del sector se desencalle, pues la falta de acuerdos sólo lleva a la inestabilidad y los conflictos en la convivencia”, asegura Gerard Marcet, socio fundador de la Asesoría.
El valor de las terrazas
Según este informe, la influencia de la terraza en la facturación anual de los locales es del 35%, con una especial repercusión en los tres meses de verano, de ahí la importancia de conocer cuanto antes las consecuencias definitivas de las modificaciones que se realicen en la Ordenanza. Así pues, zonas como Plaça Reial, Avinguda del Paral·lel y el Carrer Blai, Rambla de Catalunya, Ronda Universitat, Las Ramblas y el Passeig de Joan de Borbó serán las principales arterias del sector de la restauración que serán objeto de estudio para la redacción del texto definitivo.
“En este contexto, el Gremi de Restauració de Barcelona presentó la semana pasada una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para que las entidades de la ciudad puedan proponer que se aprueben o modifiquen ordenanzas sin el apoyo del gobierno municipal. Para ello cuentan con el apoyo de 22 concejales de ERC, el Grupo Demòcrata, PP y Ciutadans. Si todo sigue según lo previsto por el gremio, el texto podría contar con su aprobación definitiva en el pleno municipal de enero de 2018, lo que permitiría recuperar gran parte de las más de 20.000 sillas retiradas en los últimos dos años por el gobierno municipal”, aseguran desde Laborde Marcet.
