Las suaves temperaturas registradas en los últimos días han favorecido la floración de los cerezos en el Valle de las Caderechas, en la provincia de Burgos, que se encuentra ya muy avanzada en las zonas más bajas del Valle, en localidades como Salas de Bureba, Terminón y Bentretea.
Sin embargo su máximo esplendor se producirá durante los próximos días. Por tanto, este próximo fin de semana se podrá contemplar el espectáculo sin igual de las plantaciones cubiertas por el manto blanco de las flores de los cerezos en este pequeño valle de la provincia burgalesa y durante la Semana Santa aún habrá localidades con sus cerezos en flor.
Son más de 40.000 los cerezos repartidos por el Valle de las Caderechas, un enclave situado a 60 kilómetros al norte de Burgos y en el que se producen las cerezas más tardías de toda España. Desde 2004 cuentan con Marca de Garantía y esperan obtener pronto la Indicación Geográfica Protegida.
Este año la Asociación de Productores del Valle de las Caderechas quiere acercar al público este momento para que puedan disfrutar sus más bellos rincones y compartir en ellas las experiencias de su visita. En esta dirección se pueden consultar las diferentes rutas y mapas del área, y mediante un enlace a las ‘estaciones de avisos se pueden conocer las temperaturas registradas en cada momento en las cuatro estaciones meteorológicas instaladas a lo largo del Valle.
Equilibrado conjunto geográfico
El valle de Caderechas está situado en la provincia de Burgos, al noroeste de La Bureba, una zona en la que la mezcla de bosques, plantaciones de frutales y valles fértiles y angostos configura un entorno geográfico de singular belleza. Sus pueblos, que forman un equilibrado conjunto entre el Valle de Valdivielso, los páramos de la Lora y la depresión de la Bureba, mantienen todo su sabor tradicional.
La primavera en Caderechas es un prodigio de colorido, especialmente coincidiendo con la floración de los cerezos: Río Quintanilla, Hozabejas, Rucandio, Huéspeda, Madrid de las Caderechas, Ojeda, Herrera de Caderechas, Quintanaopio y Cantabrana forman un circuito en el que perderse en su arquitectura popular, basada en la mezcla de entramados de madera con relleno de adobe y el uso de la piedra integrado perfectamente en el paisaje.
Un privilegiado entorno que destaca, además, por dos de sus productos, de excepcional calidad y singularidad: las cerezas y las manzanas reinetas, reconocidas por sus correspondientes Marcas de Garantía concedidas por el organismo oficial correspondiente, el Instituto Tecnológico Agrario de la Junta de Castilla y León.
