Es el queso más característico y típico de Galicia y fácilmente reconocible por su formato y su corteza lisa y fina, de color amarillo pajizo: el Queso Tetilla, el de más tradición popular de los consumidos en Galicia, aunque también es muy conocido y apreciado en el resto de mercado español.
La estructura rural de Galicia, con pequeñas aldeas y granjas diseminadas por todo su territorio, de orografía ondulada y de clima marítimo templado y húmedo, convierte el noroeste de España en una pradera perenne y continuada, con pequeños campos en un paisaje agradable.
De gran vocación ganadera, Galicia es la comunidad autónoma española con la mayor producción de leche de vaca; en cualquier rincón se puede encontrar una pequeña o gran quesería elaborando el Queso Tetilla.
De pasta blanda, cremosa, uniforme, con pocos ojos y de color blanco- marfil, amarillenta, tiene una gran cremosidad en boca y un sabor muy natural, lácteo, ligeramente acídulo y salado suave apto para todos los gustos. Un queso de consumo diario y continuado, con buenas aplicaciones culinarias, como este Gratinado de navajas con espinacas y Queso Tetilla, una receta ofrecida por la Denominación de Origen Protegida Queso Tetilla.
Ingredientes
Para 4 personas
- 16 navajas grandes y frescas
- 2 racimos de espinacas
- 30 g. de mantequilla, 30 g. de harina y 1/2 litro de leche
- Queso Tetilla
- Sal
- Pimienta blanca
Elaboración
- Limpiamos las espinacas y las cocemos en agua con sal.
- En agua hirviendo abrimos las navajas, solamente escaldándolas.
- Hacemos bechamel, fundiendo la mantequilla y añadiendo harina y leche sin parar de remover y rematándola con sal y pimienta blanca.
- Ponemos en una fuente de horno una cama de espinacas, encima las navajas regadas con un poco de bechamel y una lámina de Queso Tetilla.
- Gratinar y servir caliente.
Los orígenes y el porqué de su forma
En el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago se puede observar la famosa escena en la que Daniel (Danieliño para los gallegos) sonríe a la reina Esther, aunque algunos creen que la figura representa a la reina de Saba. Las autoridades eclesiásticas, escandalizadas por las amplias formas de Esther y por la pícara mirada de Daniel, ordenaron reducir el tamaño de los pechos de la reina.
Dice la creencia popular, convertida ya en leyenda, que el pueblo gallego, para protestar por la decisión del obispo, decidió dar a algunos de sus quesos la forma de tetilla que tienen actualmente. Así restituían a Esther los atributos perdidos. Desde entonces el queso de tetilla es una seña más de identidad en Galicia y los ‘reducidos’ pechos de Esther no dejan de ser una leyenda que se cuenta en voz baja a los visitantes de la Catedral.
Pero ciñéndonos a los datos históricos contrastados que recoge la propia Denominación de Origen Protegida Queso Tetilla, las primeras noticias conocidas sobre el Queso de Tetilla corresponden ya al siglo XVIII, aunque todo parece indicar que este transformado lácteo es más antiguo. Los indicios hacen pensar en una producción regular y relativamente importante de queso, y también la existencia ya de un consumidor sabedor y conocedor de sus cualidades. El Queso Tetilla, por lo tanto, tiene una antigüedad que hoy no se puede determinar.





