La Denominación de Origen Vinos de Madrid incorpora al municipio de Nuevo Baztán, dado que se ha comprobado que los suelos de este municipio reúnen las condiciones climáticas, edafológicas y medioambientales necesarias para producir uva de las variedades autorizadas para elaborar vinos de calidad. Además añade las variedades de uva Petit Verdot, Graciano, Garnacha Tintorera y Sauvignon Blanc para mejorar la calidad de los vinos y potenciar su comercialización.

Así lo recoge el proyecto de orden de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio para la modificación del Reglamento de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, que recoge los procesos y caracteres que dan exclusividad a estos vinos y permite, al mismo tiempo, la incorporación de la D.O. al registro electrónico de Denominaciones de Origen Protegidas de Vinos de la UE, por su plena adaptación a las exigencias comunitarias.

Con la incorporación de Nuevo Baztán serán 59 los municipios de la región integrados en la Denominación, que cuenta con tres subzonas: Arganda del Rey, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias, con una superficie de cultivo que ronda las 8.400 hectáreas. No obstante, estudios realizados por el Instituto Madrileño para la Investigación y el Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) revelan que existen, al margen de las ya explotadas, más de 20.000 hectáreas susceptibles de proporcionar buena calidad de uva y que podrían incorporarse en un futuro a la Denominación de Origen Vinos de Madrid.

Nuevo reglamento

El nuevo reglamento justifica que la calidad y características del vino se deben básica o exclusivamente a un entorno geográfico particular, con los factores naturales y humanos inherentes a él, así como las características organolépticas específicas de los Vinos de Madrid.

De esta forma fija las condiciones por las que un vino puede adquirir las menciones de crianza, reserva y gran reserva, y explicita claramente el método tradicional empleado para la elaboración de vinos espumosos, de forma que haga posible las pertinentes verificaciones. Igualmente, en los vinos de Sobremadre acota el tiempo mínimo de permanencia de ‘las madres’ con el vino —entre 90 y 180 días— con el fin de evitar elaboraciones que hagan perder la tipicidad de estos vinos.