La plataforma de información sobre la producción ganadera, Carne y Salud, ha organizado esta semana una jornada online en la que varios expertos opinaron y valoraron el impacto que en el sector ganadero y la salud podría tener la Estrategia De la Granja a la Mesa, recientemente presentada por la Comisión Europea.
«Necesitamos una apuesta común para defender nuestros productos, nuestro modelo de producción ganadera y nuestra dieta mediterránea, con un consumo equilibrado de todos los alimentos para la salud», comentaba Clara Aguilera, eurodiputada y miembro de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural, añadiendo que no existe un conocimiento adecuado a nivel político ni social sobre lo que aportan las producciones ganaderas y el potencial que ofrecen a la sociedad en los distintos ámbitos y las mejoras que se han promovido y se siguen trabajando en temas de sostenibilidad, salud o modelo productivo, y destacando el hecho de que sea la Comisaria de Salud quien está coordinando el desarrollo de esta Estrategia, y no los responsables de Agricultura o Medio Ambiente de la Comisión, lo que refleja claramente las intenciones
De la Granja a la Mesa en la producción ganadera
En cuanto a la estrategia europea en relación a la producción ganadera y a la carne, varios expertos en sostenibilidad, salud y derecho agroalimentario, expresaron su temor a “un futuro amenazador si esta estrategia de la Unión Europea —que sin duda contiene también numerosas propuestas estratégicas de valor—, sigue adelante en los términos en los que se ha presentado”. En este sentido, José Manuel Álvarez, portavoz de Carne y Salud, destacó que “todos los sectores han de trabajar por una transición global hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles, pero sin socavar no ya el desarrollo sino incluso la supervivencia del medio rural y la vertebración fundamental para nuestro país que representa el sector agroganadero y cárnico. Tanto las granjas como buena parte de las empresas cárnicas están ubicadas en el medio rural, donde evitan el despoblamiento y contribuyen a generar riqueza, cohesión territorial y empleo”.
En su presentación sobre la sostenibilidad de la producción ganadera española, Manuel Lainez, Dr. Ingeniero agrónomo y consultor en Investigación e Innovación Agroalimentaria, expuso los retos del Green Deal y la Estrategia De la Granja a la Mesa (Farm to Fork – F2F) para conseguir una reducción de gases de efecto invernadero (GEI) del 50 al 55 % en 2030 y la neutralidad climática en 2050, y el importante papel que puede jugar la ganadería en esos objetivos y herramientas de transición. Detalló que las emisiones de la ganadería y agricultura crecieron hasta el año 2000 para descender de forma clara desde entonces, explicando que el metano producido por la ganadería es biogénico y solo permanece en la atmósfera 12 años, frente a los miles de años que permanecen gases como el CO2 que producen otros sectores de actividad.
Por su parte, el Dr. Antonio Escribano, especialista en Endocrinología y Nutrición y en Medicina del Deporte, presentó las implicaciones para la salud de los europeos de la restricción de consumo de carne planteada en la Estrategia F2F, explicando que “la estrategia no debe ser ‘de la granja a la mesa’, sino ‘de la granja a la salud’, ‘de la granja al organismo’, ya que los alimentos de la mesa hay que consumirlos para incorporar sus nutrientes al organismo, y determinados enfoques restrictivos como los que plantea la Comisión Europea pueden desembocar en carencias nutricionales. En esta línea, indicó que con los niveles actuales de consumo de carne en nuestro país, las necesidades de nutrientes esenciales están cubiertas pero a un nivel muy ajustado.
Por último, el Dr. José Luis Palma, especialista en Derecho Agroalimentario, habló sobre las denominaciones cárnicas en productos sin carne, explicando que existe una regulación comunitaria sobre la información que debe suministrarse al consumidor y una norma española sobre etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimenticios y, en este sentido, “la comercialización de productos con base vegetal bajo denominaciones de productos cárnicos podría calificarse como acto de competencia desleal, a la luz del RD 474/2014 que establece la norma de calidad de los derivados cárnicos. Nada impide que esos productos se comercialicen, pero no apropiándose de una denominación que no les corresponde”.
