La cafeína se encuentra en forma natural en las hojas, semillas y frutos de más de 60 plantas, entre ellas hojas de té, nueces de cola, café o granos de cacao, y se emplea como ingrediente en multitud de alimentos y bebidas, como café, té, cacao, mate, guaraná, bebidas refrescantes de cola y bebidas energéticas.
Un adulto puede consumir hasta 400 miligramos de cafeína de forma segura, según ha confirmado la última Opinión de la European Food Safety Authority (EFSA), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, publicada el 27 de mayo de 2015, que recoge la Asociación de Bebidas Refrescantes (ANFABRA) .
Esta cantidad equivale a cinco tazas de café, cinco latas de 250 ml bebidas energéticas o casi diez latas de 330 ml. de refresco de cola con cafeína cada día. En este sentido, ANFABRA recuerda que:
Una botella de refresco de cola de 250 ml —la que se suele encontrar en los establecimientos de hostelería— contiene entre 25 y 32 mg, aproximadamente cinco veces menos que un café con leche.
En el caso de las bebidas energéticas y productos con contenido en cafeína más alto, deben especificarlo con la declaración de ‘Contenido elevado en cafeína. No recomendado para niños, ni mujeres embarazadas o en periodo de lactancia’ junto con la indicación de la cantidad de cafeína que aportan expresado en mg por 100 ml.
Las bebidas energéticas se caracterizan por una combinación de ingredientes que suele incluir cafeína, taurina y vitaminas, y están destinadas a población adulta. Un envase de 250 ml de una energética contiene unos 80 mg de cafeína, aproximadamente la misma cantidad de cafeína que una taza de café.
Por otro lado, la European Food Safety Authority también avala que la cafeína es igualmente segura cuando se consume junto con bebidas alcohólicas o combinada con otros ingredientes presentes en bebidas energéticas, como la taurina o vitaminas en las concentraciones típicas.
Siglos de consumo
La cafeína se encuentra presente de forma natural en los granos de café, las hojas de té o el chocolate. Y se emplea como ingrediente en algunas bebidas para dotarles de su toque amargo y sabor característico.
Consumida desde hace siglos, fue descubierta en 1819 por el químico alemán Friedrich Ferdinand Runge y dada su presencia en numerosos frutos se cree que se consume desde la Edad de Piedra.
