El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente publicó el pasado mes de enero en el Boletín Oficial del Estado la resolución sobre la aplicación del régimen de autorizaciones de plantaciones de viñedo en 2016.
Esta resolución ha estimado las recomendaciones recibidas del Consejo Regulador de la DOP Bizkaiko Txakolina/Txakoli de Bizkaia/Chacolí de Bizkaia, del Consejo Regulador de la DOP Navarra, del Consejo Regulador de la DOP Ribera del Duero y del Consejo Regulador de DOP Rioja y de la Organización Interprofesional del Vino de Rioja.
En el caso de la DOP Rioja, a limitación de 387 hectáreas de la superficie disponible para autorizaciones de nueva plantación representa un 0,60% del viñedo actual de la Denominación. Para el conjunto del Estado se ha fijado en 4.173 hectáreas la superficie que se podrá conceder para nuevas plantaciones de viñedo, que equivale al 0,43% de la superficie nacional plantada a 31 de julio de 2015.
Normativa Comunitaria
Este será el primer año de aplicación del nuevo régimen de autorizaciones de plantaciones de viñedo y con esta resolución se da cumplimiento a la obligación prevista en la normativa comunitaria de publicar las decisiones relativas a su aplicación por parte de los Estados miembros antes del próximo 1 de marzo.
En este sentido, tan solo cuatro regiones han recomendado limitar las autorizaciones para nuevas plantaciones en sus respectivos territorios, recomendaciones que han sido estimadas por el Ministerio y que fueron presentadas por los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) Txacolí de Bizkaia (3,92 hectáreas), Navarra (56 hectáreas), Ribera del Duero (314 hectáreas, equivalentes al 1,42% de su superficie) y Rioja (387 hectáreas).
Para proteger su equilibrio productivo, solamente Rioja y Txacolí de Bizkaia han adoptado también la recomendación de que se impida la concesión de autorizaciones generadas por arranques o conversión de derechos procedentes de fuera de su territorio. Son las otras dos vías que existen para la plantación de nuevos viñedos y en ambas zonas vinícolas se ha considerado que puede suponer un riesgo de devaluación para la Denominación de Origen.
