Consumir manzanas durante el invierno podría contribuir a reforzar el sistema inmune. Gracias a su alto contenido en antioxidantes —como polifenoles y queriticina—, esta tradicional fruta puede ayudar a liberar los radicales libres que atacan al organismo

La manzana, esa tradicional y familiar fruta, podría resultar un buen aliado para afrontar el invierno en plena forma. Su listado de propiedades antioxidantes —derivadas del aporte de vitaminas y fibra—, hacen de este alimento un estupendo compañero para sobrellevar los desajustes del cuerpo típicos de los meses de más frío.

La ingesta de alimentos ricos en antioxidantes puede fortalecer el sistema inmune y prevenir la aparición de signos propios del envejecimiento, ya que los antioxidantes neutralizan los radicales libres que atacan el organismo y aceleran el desgaste celular.

Al menos así lo asegura un estudio llevado a cabo por Apfel-fit y desarrollado por el centro italiano de investigación agrario de Laimburg Bolzano, entre cuyos resultados se indica que algunos tipos de manzanas, en concreto la variedad Kanzi, además de reunir todos los beneficios propios de esta fruta, multiplican por cinco el aporte habitual de Vitamina C propios de cualquier otra manzana, por lo que las razones para consumir una al día durante el invierno son más que evidentes.

Lo mejor, la piel

Las extraordinarias cualidades dietéticas que se le atribuyen a esta fruta se deben, en gran medida, a los elementos fitoquímicos que contiene, entre ellos, polifenoles —flavonoides y quercitina—, con propiedades antioxidantes, especialmente en su piel. Unos atributos confirmados por esta investigación financiada con fondos europeos, tras haber analizado unas cien variedades diferentes de manzana. Y es que, según este informe, sustancias tan valiosas para el organismo como las vitaminas y polifenoles están presentes en la piel de la manzana hasta tres veces más que en la carne.

Lo suyo, por tanto, es comer las manzanas siempre con la piel. Sin embargo, y por evidentes razones de higiene, no hay que olvidar lavarlas antes de su ingesta. Es en la piel de la manzana donde, además, se localiza la pectina, una especie de fibra hidrosoluble que puede favorecer el tránsito intestinal y ralentizar la absorción de azucares refinados o grasas, además de tener un efecto saciante.

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Manzanas para reforzar el sistema inmune en invierno
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Manzanas para reforzar el sistema inmune en invierno
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Consumir manzanas durante el invierno podría contribuir a reforzar el sistema inmune, gracias a su alto contenido en antioxidantes, como polifenoles y queriticina.
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